El Unicornio Perdido


Había una vez en la ciudad de Buenos Aires, un grupo de amiguitos llamados Ulises, Úrsula y Uriel. Eran tres traviesos niños que siempre estaban buscando aventuras para divertirse.

Un día soleado, los tres amigos decidieron ir al parque a jugar. Mientras caminaban por el camino de piedras, Ulises vio algo brillante entre los arbustos. Se acercó corriendo y descubrió que era una hermosa uva morada.

- ¡Miren lo que encontré! Una deliciosa uva - exclamó emocionado Ulises. Úrsula y Uriel se acercaron rápidamente para verla. - ¡Qué suerte tienes, Ulises! Me encantan las uvas - dijo Úrsula con alegría. - Sí, son muy dulces y jugosas.

Vamos a compartirla entre los tres - propuso Uriel generosamente. Los amigos se sentaron en el césped bajo un árbol y comenzaron a disfrutar de la deliciosa fruta mientras charlaban animadamente. Pero de repente, escucharon un ruido extraño proveniente del lago cercano.

- ¿Qué será eso? - preguntó asombrado Uriel. Curiosos como eran, se levantaron rápidamente y corrieron hacia el lago para investigar.

Cuando llegaron, vieron algo flotando en el agua: ¡era un pequeño unicornio! - ¡Wow! Nunca había visto un unicornio tan cerca - exclamó Úrsula emocionada. El unicornio tenía un pelaje blanco como la nieve y una larga melena rosada brillante. Parecía asustado y perdido. - ¿Estás bien, pequeño unicornio? - preguntó Ulises con ternura.

El unicornio miró a los niños y asintió con la cabeza. Se acercaron lentamente para no asustarlo y lo ayudaron a salir del agua. El unicornio parecía estar agradecido y comenzó a jugar con ellos, saltando y corriendo por el parque.

Mientras jugaban, Uriel encontró un objeto misterioso en el suelo. Era una útil linterna que alguien había dejado olvidada. - ¡Miren lo que encontré! Una linterna - exclamó emocionado Uriel.

Los amigos se dieron cuenta de que la linterna podía ser muy útil para iluminar su camino cuando oscureciera. Decidieron llevar al pequeño unicornio de regreso a casa antes de que anochezca. Usaron la linterna para encontrar el camino de vuelta mientras seguían disfrutando de las travesuras del unicornio.

Finalmente, llegaron al hogar del unicornio, un hermoso bosque lleno de árboles altos y flores coloridas. El unicornio les mostró su gratitud con una sonrisa tierna antes de desaparecer entre los árboles. Los amigos regresaron al parque satisfechos por haber ayudado al pequeño unicornio.

Aprendieron que siempre es importante ser amables con los demás y compartir lo que tenemos. Desde aquel día, Ulises, Úrsula y Uriel siguieron buscando aventuras juntos mientras descubrían más objetos cotidianos que iniciaran con la vocal —"u" .

Y cada vez que veían una uva o una linterna, recordaban la increíble historia del unicornio y sonreían con amor y amistad. Fin.

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