El unicornio que quería amigos
Había una vez en el mágico bosque de Arcoíris, un pequeño unicornio llamado Brillo. A diferencia de los demás unicornios, Brillo no tenía amigos.
Cada día veía a los otros unicornios jugar y reír juntos, pero nadie parecía querer acercarse a él. Esto entristecía mucho a Brillo, quien anhelaba tener amigos con quien jugar y compartir momentos especiales. Un día, decidió emprender un viaje en busca de amigos.
Durante su travesía, conoció a diferentes criaturas del bosque, como hadas, duendes y animales mágicos, pero ninguna de ellas quería ser su amigo. Triste y desanimado, Brillo se recostó bajo un hermoso árbol de arcoíris y sus lágrimas cayeron, formando pequeñas gotas de luz.
De repente, las gotas de luz comenzaron a brillar intensamente y se transformaron en divertidos y coloridos seres llamados Chispitas. Estas adorables criaturas habían nacido de las lágrimas de Brillo y estaban encantadas de conocerlo.
Juntos, Brillo y las Chispitas se divirtieron, jugaron y descubrieron la magia de la amistad. A medida que pasaban los días, la noticia sobre las Chispitas y el amable unicornio se extendió por todo el bosque, atrayendo la atención de otros seres mágicos.
Pronto, Brillo se encontró rodeado de nuevos amigos, todos atraídos por su bondad y la alegría de las Chispitas. Finalmente, Brillo entendió que la verdadera amistad surge de compartir nuestras luces interiores y que, a veces, es necesario ser paciente para encontrar a las personas correctas.
Desde ese día, Brillo vivió felices aventuras junto a sus nuevos amigos, aprendiendo que la amistad verdadera nace del corazón y brilla como un arcoíris en el cielo.
FIN.