El Unicornio Valiente
Había una vez, en un mundo mágico lleno de colores brillantes, un unicornio llamado Estrella. Estrella era un unicornio preciosísimo, con un cuerno que brillaba como el sol, pero tenía un gran miedo al bosque. Todo el mundo le decía que allí vivían criaturas extrañas y que podía perderse entre los árboles.
Un día, mientras jugaba cerca de un prado, Estrella escuchó unos lamentos provenientes del bosque. A pesar de su temor, decidió que debía investigar. Caminó con nerviosismo, sintiendo cómo su corazón latía más rápido con cada paso. Al entrar en el bosque, los árboles iluminados por el sol le dieron un poco de confianza, y continuó.
Pronto, Estrella llegó a un pequeño claro y vio algo que le rompió el corazón: un ciervo, atrapado en una trampa. "¡Oh, no!"- exclamó Estrella. "¿Cómo puedo ayudar?"-
El ciervo, con los ojos tristes, respondió: "No te acerques, unicornio. La trampa puede ser peligrosa."
Pero Estrella recordó que poseía magia. Con un profundo suspiro para calmar su miedo, se acercó a la trampa. "Yo puedo ayudarte. Voy a usar mi magia para liberarte."- Dijo Estrella, su cuerno resplandecía con alegría y determinación. Con un suave toque de su cuerno, la trampa se abrió y el ciervo pudo liberarse.
"¡Gracias, gracias! Eres muy valiente!"- dijo el ciervo, moviendo su colita. "Me llamo Rayo, y estas son mis primeras palabras de libertad."
Estrella sonrió, sintiéndose orgullosa. "Ahora ya no tienes que tener miedo. El bosque también puede ser un lugar bonito."
Justo cuando estaban a punto de salir del bosque, Estrella escuchó un piar lastimero. "¡Es un pájaro!"- gritó Rayo. Juntos, fueron en su búsqueda y encontraron a un pequeño pájaro con el ala rota, atrapado entre ramas espinosas. El corazón de Estrella se llenó de compasión. "No te preocupes, pequeño. Voy a ayudarte también."-
Estrella usó su magia nuevamente. "Con un poco de luz y amor, tu ala sanará."- Al tocar suavemente el ala del pájaro, este comenzó a brillar y, para sorpresa de todos, el ala del pájaro se recuperó. "¡Gracias, unicornio! Ahora puedo volar de nuevo!"- gritó el pájaro emocionado. "Soy Pipo, el pájaro aventurero."
Rayo y Pipo agradecieron a Estrella y juntos se sintieron felices. Habían hecho algo bueno ese día. Pero entonces, el cielo oscureció y una espesa neblina apareció en el bosque. "¡Oh no! ¿Qué es esto?"- exclamó Estrella, asustada.
Pero Rayo, con su nuevo espíritu valiente, dijo: "No temas, Estrella. Juntos podemos lidiar con cualquier problema y seguir haciéndonos fuertes."
Los tres amigos decidieron que debían descubrir qué pasaba. Avanzaron un poco y se dieron cuenta de que la neblina provenía de un pequeño río que se había ensuciado. "Si la niebla es oscura, puede afectar a todos los seres del bosque. Debemos purificar el río!"- dijo Rayo.
Estrella, emocionada por la nueva aventura, dijo: "¡Sé cómo hacerlo! Mi magia puede limpiar el agua."- Y así fue. Con un chispear de su cuerno, el agua del río comenzó a brillar y poco a poco se volvió más clara. Cuando terminaron, el bosque recuperó su color y vida.
Los animales, agradecidos, comenzaron a salir de sus escondites y a celebrar. "¡Viva el unicornio valiente, Rayo el fuerte y Pipo el aventurero!"- aclamaron. A partir de ese día, Estrella ya no le tuvo miedo al bosque. Había aprendido que, aunque era un lugar desconocido y un poco aterrador, también podía ser un lugar lleno de amistad y magia.
Con el tiempo, Estrella, Rayo y Pipo se convirtieron en los protectores del bosque, ayudando siempre que podían. Y así, Estrella descubrió que hacer cosas buenas por los demás no solo ayudaba a los otros, sino que también llenaba su corazón de alegría y valentía.
Y así, Estrella jamás volvió a tener miedo al bosque, porque había encontrado la fuerza en su corazón y en sus amigos.
FIN.