El Unicornio y el Bosque Mágico
Había una vez en un prado encantado, un unicornio llamado Aurora, que vivía en un mundo lleno de colores y alegría.
Un día, mientras paseaba por el bosque con sus amigos, el conejo Saltarín y el pájaro Cantaclaro, descubrieron un sendero desconocido. "¡Miren! ¿Qué será ese brillo que se ve a lo lejos?", preguntó Aurora emocionada. "¡Es un bosque mágico!", exclamó Saltarín. Llenos de curiosidad, decidieron adentrarse en el bosque.
Allí vieron árboles que parecían susurrar, flores que brillaban como luciérnagas y arroyos cantarines. De repente, un duende amistoso llamado Chispín se les acercó.
"¡Hola, viajeros! Bienvenidos al Bosque Encantado, un lugar donde los sueños se hacen realidad y la amistad lo llena todo de magia", dijo Chispín con una sonrisa. Los amigos se maravillaron con cada rincón del bosque, pero pronto descubrieron que algo extraño ocurría: un hechizo había caído sobre el reino mágico, haciendo que los colores se desvanecieran.
Decidieron ayudar a sus nuevos amigos a descubrir quién había desencadenado ese hechizo y cómo deshacerlo. Juntos recorrieron el bosque, enfrentando desafíos y resolviendo acertijos. Finalmente, descubrieron que un antiguo dragón atormentado por la soledad había lanzado el hechizo por temor a ser rechazado.
Con valor y comprensión, lograron disipar el hechizo y devolver la magia al Bosque Encantado.
A partir de ese momento, el unicornio Aurora, el conejo Saltarín, el pájaro Cantaclaro y Chispín se convirtieron en los guardianes del bosque, asegurándose de que reinara la amistad y la armonía. Fueron recordados durante generaciones como los héroes que restauraron la magia perdida.
FIN.