El valiente abrazo de Cali



Cali era una niña llena de alegría y energía. Siempre tenía una sonrisa en su rostro y estaba dispuesta a enfrentar cualquier desafío que se le presentara. Sin embargo, había algo que la entristecía profundamente: Pelota niño.

Pelota niño era un chico malhumorado que siempre estaba molestando a los demás niños del vecindario.

No importaba si estaban jugando al fútbol o simplemente disfrutando de un día soleado en el parque, siempre encontraba la manera de arruinarles el momento. Un día, Cali decidió enfrentar su miedo y hablar con Pelota niño para entender por qué actuaba de esa forma.

Se acercó a él con valentía y le preguntó:"¿Por qué eres tan malo con todos nosotros? ¿Qué te hemos hecho?"- dijo Cali con voz temblorosa pero decidida. Pelota niño miró a Cali sorprendido por su valentía y lentamente comenzó a abrirse. "No sé por qué soy así...

Creo que estoy triste"- respondió Pelota niño con voz apagada. Cali se sintió compasiva hacia él y decidió ayudarlo. Juntos, buscaron actividades divertidas para hacer juntos, como dibujar, jugar al escondite o construir castillos de arena en la playa.

Poco a poco, Pelota niño empezó a sonreír más y más cada día. Sin embargo, justo cuando todo parecía ir bien entre ellos dos, apareció Canela perro. Canela perro era una perrita traviesa que siempre buscaba meterse en problemas.

Ella no podía resistirse a jugar con Pelota niño y Cali, pero su naturaleza juguetona a veces causaba caos. Un día, mientras jugaban en el parque, Canela perro decidió tomar prestado el balón de fútbol de Pelota niño sin pedir permiso.

Esto enfureció a Pelota niño y comenzó a perseguirla por todo el parque. Cali se dio cuenta de que la situación estaba empeorando rápidamente y decidió intervenir.

Corrió detrás de ellos y gritó:"¡Esperen! ¡No tiene sentido pelearse por un balón! Podemos encontrar una solución juntos". Pelota niño frenó en seco y miró a Cali con sorpresa. Poco a poco, la ira desapareció de su rostro y ambos se sentaron para hablar.

Después de una larga conversación, Cali propuso que compartieran el balón, así ninguno tendría que sentirse excluido o frustrado. Ambos aceptaron la idea y decidieron ser amigos en vez de rivales. A partir de ese día, Cali, Pelota niño y Canela perro se convirtieron en un equipo inseparable.

Juntos aprendieron importantes lecciones sobre amistad, comprensión y respeto mutuo. La historia de Cali nos enseña que no debemos juzgar a las personas por cómo actúan superficialmente. A veces hay razones detrás de su comportamiento negativo o agresivo.

Siempre es importante acercarnos con compasión e intentar entender sus motivaciones antes de formar opiniones apresuradas. Y así fue como Cali logró transformar la tristeza de Pelota niño en felicidad, demostrando que el amor y la amistad pueden superar cualquier obstáculo.

FIN.

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