El valiente amigo de los zombies


Había una vez un valiente nene llamado Mateo, que vivía en una pequeña casa rodeada de árboles frondosos. Un día, mientras jugaba en su habitación, comenzó a escuchar extraños ruidos afuera.

Al asomarse por la ventana, se dio cuenta de que había un apocalipsis zombie. Lleno de miedo pero decidido a protegerse, Mateo cerró todas las puertas y ventanas de su casa para mantener a los zombies fuera.

Se sentía seguro dentro de su refugio, pero también muy solo. Pasaron los días y Mateo se aburría cada vez más. Sin embargo, no perdía la esperanza y decidió utilizar su tiempo encerrado para aprender nuevas cosas.

Agarró todos sus libros favoritos y comenzó a devorarlos con ansias. Un día, mientras leía sobre supervivencia en situaciones extremas, encontró un capítulo sobre cómo hacer trampas para atrapar zombies sin lastimarlos. Mateo estaba emocionado por esta idea y decidió ponerla en práctica.

Con mucho ingenio e imaginación construyó trampas usando objetos cotidianos como cuerdas, palos y baldes vacíos. Colocaba comida cerca de ellas para atraer a los zombies despistados y así poder capturarlos sin dañarlos.

Pero lo más sorprendente era que Mateo no solo atrapaba zombies, sino que también hacía nuevos amigos entre ellos. Descubrió que muchos eran niños como él antes del apocalipsis: solitarios y asustados. "¡Hola! ¿Cómo te llamas?" -le preguntaba Mateo cada vez que atrapaba uno nuevo.

"Soy Lucas, ¿y tú?" -respondía el zombie con una sonrisa amigable. A medida que pasaban los días, Mateo y sus nuevos amigos zombies comenzaron a trabajar juntos para encontrar una solución al apocalipsis.

Utilizando su creatividad e inteligencia, idearon un plan para construir un refugio seguro donde todos pudieran vivir en paz. Construyeron barricadas y trampas más elaboradas para protegerse de los zombies agresivos. También cultivaron un pequeño huerto dentro del refugio para tener comida fresca.

Mateo incluso enseñó a los zombies a leer y escribir, convirtiendo su hogar en una escuela improvisada. Pero la vida no sería tan emocionante sin algunos desafíos.

Una noche, mientras todos estaban durmiendo, apareció un grupo de zombies muy peligrosos que intentaba ingresar al refugio. Mateo y sus amigos se despertaron asustados. "¡Tenemos que defendernos!" -gritó Mateo con valentía. Juntos formaron un plan estratégico y lograron ahuyentar a los intrusos utilizando las trampas que habían creado previamente.

Después de esa noche, Mateo se dio cuenta de lo fuerte y valiente que podía ser cuando trabajaba en equipo. Aprendió que no importa cuán difícil sea la situación, siempre hay esperanza si uno no se rinde y utiliza su ingenio.

Con el tiempo, el apocalipsis zombie fue disminuyendo gradualmente hasta desaparecer por completo. Los sobrevivientes regresaron poco a poco a sus hogares reconstruidos.

Mateo volvió a vivir en su casa rodeada de árboles frondosos, pero ahora con nuevos amigos zombies que habían aprendido a convivir pacíficamente. Juntos, construyeron un mundo donde todos eran aceptados y valorados por su singularidad.

La historia de Mateo se convirtió en una leyenda, recordando a todos que incluso en los momentos más oscuros, la amistad, el ingenio y la valentía pueden hacer posible lo imposible. Y así, Mateo demostró al mundo que hasta los más pequeños héroes pueden cambiarlo todo.

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