El valiente aprendiz de pastor



En una granja muy lejana, vivía un cachorro llamado Loky. Desde que era muy pequeño, su tarea era mover las ovejas de un lugar a otro para ayudar en la granja.

Sin embargo, Loky tenía un problema: las ovejas no le hacían caso. Cada vez que intentaba guiarlas, las ovejas se dispersaban por todos lados y no seguían sus indicaciones.

Loky se sentía triste y frustrado porque quería ser útil en la granja, pero parecía que no lo lograba. Un día, mientras intentaba nuevamente reunir a las ovejas, se acercó a él un perro más viejo llamado Rufus.

Rufus había sido el mejor perro pastor de la granja en sus tiempos y decidió ayudar a Loky. "Hola Loky, veo que estás teniendo problemas con las ovejas", dijo Rufus con amabilidad. Loky asintió con tristeza y explicó: "Sí, parece que no me hacen caso y no sé qué hacer".

Rufus sonrió y le dijo: "No te preocupes, yo te enseñaré algunos trucos para ganarte la confianza de las ovejas y lograr que te sigan".

Desde ese día, Rufus pasó tiempo enseñándole a Loky cómo moverse estratégicamente alrededor de las ovejas, cómo comunicarse con ellas a través de ladridos suaves y cómo mostrarles liderazgo sin asustarlas. Poco a poco, Loky fue poniendo en práctica todo lo que Rufus le enseñaba. Aprendió a ser paciente, persistente y cariñoso con las ovejas.

Con el tiempo, las ovejas comenzaron a prestarle atención y a seguir sus indicaciones. Finalmente, llegó el día en que Loky logró reunir a todas las ovejas sin problemas. Estaba tan feliz que saltaba de alegría mientras veía su trabajo bien hecho.

Rufus se acercó orgulloso y le dijo: "¡Lo lograste Loky! Has demostrado ser valiente y dedicado. Ahora eres un excelente perro pastor". Loky estaba emocionado por haber superado su desafío gracias a la ayuda de Rufus.

Se dio cuenta de lo importante que es pedir ayuda cuando uno lo necesita y de nunca rendirse ante los obstáculos. Desde ese día en adelante, Loky se convirtió en el mejor perro pastor de toda la granja.

Siempre recordaba los consejos de Rufus y seguía siendo amable con todos los animales. Así concluye la historia del cachorro llamado Loky quien aprendió que con esfuerzo, paciencia y ayuda siempre se pueden superar los desafíos para alcanzar la felicidad.

FIN.

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