El valiente desconocido y su perro



En un pequeño pueblo rodeado de colinas verdes y frondosos árboles, vivía un desconocido llamado Hugo. Cada día, Hugo salía a pasear con su fiel perro, un travieso labrador llamado Bongo. Ambos eran inseparables y compartían la aventura que representaba la vida en el pueblo.

Una noche, mientras Hugo y Bongo se acomodaban para dormir, comenzaron a oír extraños ruidos en la casa. Al principio pensaron que era el viento, pero los sonidos se intensificaron. Hugo se levantó con precaución y dijo:

"-Bongo, ¿escuchás eso? No suena para nada normal."

Bongo movió la cola nerviosamente, perplejo por lo que estaba ocurriendo. Cuando Hugo bajó las escaleras, notó que la luz en la sala parpadeaba de manera inquietante. Con un ligero temblor de miedo, decidió investigar.

"¡Hola! ¿Hay alguien ahí?" -gritó, esperando que no hubiera respuesta.

De repente, un estruendo resonó en la habitación. Un viento helado invadió el lugar, e inmediatamente, Hugo sintió que algo oscuro lo rodeaba. Era un demonio, con ojos que brillaban como brasas encendidas. Pero en vez de aterrarse, Hugo recordó todo lo que había aprendido sobre el coraje y la bondad. En lugar de huir, se armó de valentía.

"¡No tienes poder aquí!" -gritó Hugo, enfrentando al demonio.

El demonio se rió, pero Bongo, en un impulso valiente, lanzó un ladrido fuerte y corrió hacia él, protegiendo a su dueño. El demonio se sorprendió y retrocedió un paso.

"¿Qué? Un pobre perro, ¿Crees que puedes asustarme?" -dijo burlonamente el demonio.

Pero en lugar de asustarse, Bongo se mantuvo firme. Su ladrido resonaba en toda la casa, llenando de valentía el corazón de Hugo.

"Tu poder es una ilusión, ¡estás aquí porque hay miedo!" -dijo Hugo con firmeza, y el demonio, sorprendido, titubeó.

"-Esto es solo el comienzo…", dejó escapar el demonio, mientras rezumaba la oscuridad, pero ya no era tan fuerte. Hugo y Bongo se unieron, formando un pequeño equipo lleno de amor y coraje.

Los dos comenzaron a pensar en cómo podrían detener al demonio. Hugo recordó que su abuela siempre le decía que el amor y la bondad son más poderosos que cualquier mal. Entonces, tuvieron una idea brillante:

"¡Vamos a hacer un fuerte con almohadas!" -sugirió Hugo-a lo que Bongo movió la cola con entusiasmo.

Construyeron un fuerte con cojines y mantas, quedando rodeados de una atmósfera de amistad. Bongo ladró, y juntos empezaron a llenar el ambiente con risas y gritos de alegría.

El demonio, atrapado por la felicidad de la habitación, comenzó a debilitarse, pues esa bondad era lo que siempre había perseguido. A medida que también Ronda daba, su esencia oscura comenzó a desvanecerse, hasta que finalmente se esfumó por completo.

"¡Lo hicimos, Bongo!" -exclamó Hugo.

-¡Guau! , ¡sí! -respondió Bongo, moviendo su cola como si estuviera celebrando.

Al día siguiente, el piso de la sala brillaba. El sol entraba a raudales, iluminando un nuevo día lleno de oportunidades. Con valentía y amor, Hugo y Bongo habían enfrentado la oscuridad y habían prevalecido.

Desde entonces, el pueblo no solo vio a un desconocido y su perro, sino a los héroes que desafiaban a los miedos y promovían la bondad en cada esquina. Hugo aprendió que la valentía no es la ausencia de miedo, sino la capacidad de enfrentarlo con amor.

Y así, el desconocido y su leal compañero continuaron su vida, inspirando a otros a ser valientes, a compartir el amor y nunca dejarse llevar por las sombras.

- Fin -

FIN.

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