El valiente descubrimiento de Mateo


Había una vez un valiente niño llamado Mateo que vivía en un pequeño pueblo rodeado de un frondoso bosque.

Aunque el bosque era hermoso durante el día, por la noche se convertía en un lugar oscuro y misterioso lleno de monstruos temibles. Un día, Mateo decidió explorar el bosque y descubrir qué secretos escondía. Con su valentía y su confiable machete, se adentró en la espesura del bosque mientras observaba cautelosamente a su alrededor.

A medida que caminaba, pudo escuchar ruidos extraños provenientes de los arbustos cercanos. ¡Eran los animales del bosque! Pero algo no estaba bien; estaban asustados y parecían estar huyendo de algo.

Mateo siguió adelante hasta llegar a una clara donde encontró a un grupo de animales temblando de miedo. Había conejos, zorros, venados e incluso aves nocturnas como búhos y murciélagos. "¿Qué les pasa? ¿Por qué están tan asustados?"- preguntó Mateo con curiosidad.

El conejo más valiente del grupo dio un paso al frente y le explicó: "Hace unos días apareció un monstruo aterrador en nuestro hogar. Es enorme y tiene garras afiladas como cuchillos"- dijo señalando hacia el interior del bosque.

Mateo sintió empatía por los animales asustados y decidió ayudarlos. Tomando su machete con determinación, se adentró aún más en el bosque para enfrentarse al monstruo desconocido. Después de caminar durante un rato, Mateo encontró una cueva oscura y misteriosa.

Sin pensarlo dos veces, entró en ella con su machete en mano. Pero al llegar al fondo de la cueva, no encontró a ningún monstruo. En lugar de eso, se topó con un pequeño cachorro abandonado que temblaba de frío y miedo.

Mateo se dio cuenta de que el —"monstruo"  del bosque era solo un pobre animalito aterrorizado. "No temas, pequeño amigo"- dijo Mateo mientras acariciaba al cachorro-. "Te llevaré a casa y te cuidaré".

De vuelta en la clara del bosque, los animales vieron cómo Mateo regresaba con el cachorro en brazos. Al verlo tan tierno y amigable, dejaron atrás su miedo y comenzaron a jugar juntos.

Los días pasaron y el bosque volvió a ser un lugar seguro para todos los animales gracias a la valentía y compasión de Mateo. Los animales aprendieron que no todo lo desconocido es necesariamente malo, e incluso hicieron nuevos amigos humanos en el pueblo.

Mateo se convirtió en un héroe local querido por todos por su coraje y bondad hacia los animales del bosque. Y cada noche, cuando la luna brillaba sobre el bosque oscuro, él sabía que había hecho una diferencia positiva en las vidas de aquellos seres maravillosos.

Y así fue como Mateo enseñó al mundo que enfrentar nuestros miedos puede llevarnos a descubrir cosas hermosas e inesperadas dentro de nosotros mismos.

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