El valiente elfo y el lobo feroz



Érase una vez, en un bosque encantado de Argentina, vivía un pequeño elfo llamado Lucas. Lucas era muy valiente y siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás.

Un día, mientras caminaba por el bosque, se encontró con un lobo feroz que lo miraba con ojos amenazantes. El lobo gruñó y se acercó lentamente hacia Lucas.

El elfo sabía que debía llegar al castillo escondido donde vivía la princesa Margarita para advertirle sobre el peligro que acechaba en el bosque. Lucas pensó rápidamente en cómo defenderse del lobo y siguió su instinto. Sacó de su bolsillo una flauta mágica y comenzó a tocar una dulce melodía.

El sonido de la flauta calmó al lobo feroz, quien dejó de gruñir y empezó a mover su cola al ritmo de la música. "- ¡Hola, señor Lobo! ¿Por qué me querías atacar?" preguntó Lucas curioso.

El lobo respondió: "- He estado hambriento últimamente y pensé que podrías ser mi cena". Lucas se dio cuenta de que el lobo solo actuaba así porque tenía hambre.

Entonces tuvo una idea brillante: "- Si te ayudo a encontrar comida, ¿podrías prometerme no atacarme ni lastimar a nadie más?"El lobo asintió con la cabeza, feliz por haber encontrado alguien dispuesto a ayudarlo. Juntos, buscaron bayas maduras y frutos deliciosos para saciar el apetito del lobo feroz.

Después de encontrar suficiente comida, Lucas y el lobo se dirigieron al castillo escondido de la princesa Margarita. Cuando llegaron, descubrieron que la princesa estaba atrapada en una torre alta y no podía bajar. "- ¡Princesa Margarita! ¡Estoy aquí para rescatarte!" exclamó Lucas con determinación.

La princesa Margarita escuchó la voz del valiente elfo y se asomó por la ventana. Al ver al lobo feroz a su lado, tuvo miedo. Pero Lucas explicó cómo habían hecho las paces y cómo ahora eran amigos.

"- Princesa, ¿podrías confiar en nosotros? El lobo ha prometido ser bueno", dijo Lucas esperanzado. La princesa Margarita decidió darles una oportunidad y bajó de la torre con ayuda de una cuerda que Lucas había llevado consigo.

Una vez liberada, agradeció a Lucas por su valentía y al lobo por haber cambiado su actitud. Para celebrar su amistad recién formada, decidieron organizar una gran fiesta en el bosque para todos los animales.

Invitaron a conejos, pájaros, mariposas e incluso ardillas curiosas que vivían cerca del castillo. Durante la fiesta, los animales compartieron risas, bailes y comidas deliciosas.

La alegría llenaba el aire mientras todos disfrutaban de esta nueva amistad entre un elfo valiente, una princesa bondadosa y un lobo feroz convertido en amigo leal. Desde aquel día en adelante, el bosque encantado fue un lugar más seguro gracias a la colaboración entre Lucas, la princesa Margarita y el lobo.

Juntos demostraron que no debemos juzgar a los demás por su apariencia o reputación, sino darles una oportunidad de cambiar. Y así, la amistad entre un elfo, una princesa y un lobo feroz se convirtió en una historia inspiradora para todos los habitantes del bosque encantado.

FIN.

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