El valiente encuentro de Elisa y el Ratón Pérez
Había una vez una niña llamada Elisa que vivía en un pequeño pueblo de Argentina.
El día en que se le cayó su primer diente, estaba muy emocionada porque había escuchado muchas historias sobre el famoso Ratón Pérez y cómo él dejaba regalos a los niños cuando perdían sus dientes. Elisa tomó su pequeño diente y lo colocó debajo de su almohada antes de irse a dormir.
Estaba tan ansiosa por la visita del Ratón Pérez que le costó conciliar el sueño. Sin embargo, después de un rato, finalmente cayó profundamente dormida. En medio de la noche, mientras Elisa soñaba con aventuras mágicas, un ruido suave pero persistente la despertó.
Abrió los ojos con cautela y vio a un ratoncito vestido con un traje elegante parado junto a su almohada. - ¡Hola! - exclamó Elisa sorprendida - ¿Eres el famoso Ratón Pérez? El ratoncito asintió con la cabeza y sonrió amablemente.
- Efectivamente, soy el Ratón Pérez - respondió él con una voz dulce - Vine aquí para llevarte tu diente y dejar algo especial para ti. El ratoncito tomó cuidadosamente el diente debajo de la almohada y dejó en su lugar una moneda brillante.
Luego sacó una pequeña carta escrita a mano y se la entregó a Elisa. - Aquí tienes tu regalo especial - dijo el Ratón Pérez mientras extendía la carta hacia ella.
Curiosa, Elisa abrió la carta y comenzó a leerla en voz alta. "Querida Elisa,¡Felicitaciones por perder tu primer diente! Quiero decirte que eres una niña muy valiente y especial. Este diente representa un paso importante en tu crecimiento y te recordará siempre lo fuerte que eres.
Recuerda cuidar bien de tus nuevos dientes, cepillándolos todos los días después de cada comida. Con cariño, Ratón Pérez"Elisa sonrió emocionada mientras leía la carta.
Estaba feliz de saber que el Ratón Pérez reconocía su valentía y la animaba a cuidar bien de sus dientes. Guardó la carta en un lugar seguro para poder leerla siempre que quisiera recordar ese momento especial. A partir de esa noche, Elisa se convirtió en una niña muy responsable con su higiene bucal.
Cepillaba sus dientes tres veces al día, usaba hilo dental y visitaba regularmente al dentista. Además, comenzó a enseñarle a sus amigos sobre la importancia del cuidado dental y cómo mantener una sonrisa saludable.
Con el tiempo, Elisa se dio cuenta de que el regalo del Ratón Pérez no era solo una moneda brillante, sino también un recordatorio constante de su propia fuerza interior y capacidad para enfrentar nuevos desafíos.
Cada vez que miraba esa moneda o leía la carta, sentía un impulso renovado para ser valiente en todas las áreas de su vida.
Y así fue como Elisa aprendió una valiosa lección gracias al encuentro con el Ratón Pérez: nunca subestimes el poder simbólico detrás de las pequeñas cosas. A veces, lo más simple puede tener un impacto profundo en nuestra vida y recordarnos constantemente nuestras fortalezas y capacidades.
Desde ese día, Elisa siempre llevó consigo el recuerdo de su encuentro con el Ratón Pérez y la valiosa lección que aprendió. Y cada vez que veía a alguien perder un diente, compartía su historia inspiradora para ayudar a otros niños a enfrentar sus propios desafíos con valentía y determinación.
FIN.