El valiente Enzo y su búsqueda de amistad



Enzo era un niño de 7 años que se había mudado recientemente a una nueva ciudad. Como parte de su cambio, también tenía que asistir a un colegio nuevo.

El primer día de clases, Enzo se levantó temprano y se preparó con entusiasmo para el día. Cuando llegó al colegio, sintió mariposas en el estómago al ver tantos niños desconocidos. No conocía a nadie y eso le generaba mucha timidez e inseguridad.

Se acercó tímidamente hacia el grupo más cercano y preguntó:- Hola, ¿puedo jugar con ustedes? Los niños lo miraron por un momento y luego uno de ellos respondió:- Claro, pero primero tienes que pasar nuestra prueba.

Enzo estaba nervioso pero decidido a hacer amigos, así que aceptó la prueba sin dudarlo. La prueba consistía en correr hasta el otro lado del patio sin tropezar con ningún obstáculo. Enzo comenzó a correr rápidamente pero se tropezó con una piedra y cayó al suelo.

Los niños rieron y Enzo se sintió muy avergonzado. Justo cuando estaba por levantarse y marcharse triste, apareció Sofía, una niña amable de su misma clase. - ¡Ayuda! -gritó Enzo mientras intentaba ponerse de pie-. Me caí.

Sofía corrió hacia él y le extendió la mano para ayudarlo a levantarse. - ¿Estás bien? -preguntó preocupada. Enzo asintió tímidamente mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. Sofía sonrió amablemente y dijo:- No te preocupes, todos nos caemos alguna vez.

Yo también me he tropezado muchas veces. Enzo se sintió aliviado al escuchar esas palabras y le agradeció a Sofía por su ayuda. A partir de ese momento, se hicieron amigos inseparables.

Juntos, Enzo y Sofía decidieron enfrentar las pruebas del grupo nuevamente. Esta vez, Enzo no solo evitó los obstáculos sino que también logró llegar primero a la meta. Los niños quedaron sorprendidos y aplaudieron emocionados.

A medida que pasaban los días, Enzo fue conociendo a más niños en el colegio y haciendo nuevos amigos. Descubrió que algunos compartían sus mismos gustos por los juegos de mesa y otros por el fútbol.

Todos comenzaron a pasar tiempo juntos durante los recreos y cada día se divertían más. Enzo aprendió una valiosa lección: no importa cuán difícil sea una situación o cuánto miedo tengamos al principio, siempre podemos encontrar amistad si nos abrimos a conocer nuevas personas.

Con el tiempo, Enzo se convirtió en uno de los chicos más populares del colegio gracias a su amabilidad y simpatía. Su historia inspiró a otros niños tímidos a superar sus propios miedos e inseguridades para hacer nuevos amigos.

Y así, Enzo demostró que incluso en un lugar nuevo donde no conocía a nadie, podía encontrar felicidad y amistad si estaba dispuesto a dar el primer paso hacia la aventura de hacer nuevos amigos.

FIN.

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