El valiente guardián de Coripata



En la hermosa ciudad de Coripata, vivía un lobo travieso que asustaba a los niños pequeños. Cada noche, salía de su escondite y se acercaba a las casas donde vivían los más pequeños para asustarlos. Los padres estaban preocupados y los niños tenían miedo de salir a jugar.

Un día, un valiente niño llamado Mateo decidió hacer algo al respecto. Reunió a sus amigos y juntos planearon cómo podrían detener al lobo. -'¿Y si construimos una trampa para atraparlo?', sugirió Valentina. -'¡Buena idea!', exclamó Juanito. Con entusiasmo, los niños comenzaron a trabajar en su plan.

Después de varios días de trabajo duro, la trampa estaba lista. Colocaron cebos deliciosos para atraer al lobo y se escondieron a la espera. Finalmente, el lobo cayó en la trampa. Los niños, en lugar de lastimarlo, decidieron hablar con él. -'¿Por qué asustas a los niños, lobo?', preguntó Mateo. El lobo, con ojos tristes, les contó que se sentía solo y que quería ser amigo de los niños. Los niños, con compasión, le explicaron que asustar a los demás no es la forma correcta de hacer amigos.

El lobo se disculpó y prometió ser amigable en el futuro. Los niños lo liberaron, y el lobo, agradecido, juró proteger a los niños en lugar de asustarlos. Desde ese día, el lobo se convirtió en el guardián de Coripata, protegiendo a los niños y jugando con ellos. Los niños aprendieron que con compasión y diálogo, podían cambiar las cosas.

Coripata volvió a ser un lugar lleno de risas y diversión, y los niños y el lobo se convirtieron en grandes amigos para siempre.

FIN.

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