El valiente mago de Hogwarts


Harry llegó a Hogwarts con su mochila llena de expectativas y una sonrisa en el rostro. En la escuela, conoció a otros niños como él, que también tenían habilidades mágicas. El primer día de clases fue emocionante.

El director de Hogwarts, el profesor Dumbledore, dio la bienvenida a los estudiantes y les explicó las reglas de la escuela. Harry estaba ansioso por aprender todo sobre la magia y convertirse en un gran mago.

Durante sus clases, Harry descubrió que tenía talento para lanzar hechizos y hacer pociones mágicas. Su profesora de hechicería, la profesora McGonagall, quedó impresionada con su habilidad natural.

Un día, mientras exploraba los pasillos del castillo después de clases, Harry escuchó unos murmullos provenientes del aula prohibida. Decidió investigar y se encontró con tres estudiantes mayores haciendo travesuras mágicas peligrosas. "¡Hey chicos! ¿Qué están haciendo?"- preguntó Harry curioso. "¡No es asunto tuyo!"- respondieron los estudiantes mayores.

"Pero eso está prohibido y podrían lastimarse o lastimar a alguien más"- dijo Harry preocupado. Los estudiantes mayores se rieron de él y lo ignoraron. Pero Harry no podía dejar pasar esto así nomás.

Sabía que debía hacer algo al respecto para proteger a sus compañeros. Al día siguiente en clase de defensa contra las artes oscuras, el profesor Lupin enseñaba cómo enfrentar situaciones peligrosas utilizando hechizos defensivos.

Harry levantó su mano valientemente y compartió lo que había presenciado en el aula prohibida. "Profesor Lupin, creo que deberíamos hacer algo para evitar que los estudiantes mayores sigan poniendo en peligro a los demás. ¿No cree?"- dijo Harry decidido.

El profesor Lupin quedó impresionado por la valentía y preocupación de Harry. Decidió tomar medidas y habló con el director Dumbledore sobre lo sucedido. Dumbledore convocó una reunión con los estudiantes mayores involucrados y les explicó las consecuencias de sus acciones.

Los estudiantes mayores se disculparon sinceramente y prometieron no volver a hacer travesuras peligrosas. A partir de ese día, Hogwarts se convirtió en un lugar más seguro para todos los alumnos. Harry se ganó el respeto de sus compañeros por su valentía y determinación para protegerlos.

Con el tiempo, Harry se destacó en todas sus clases y demostró ser un mago poderoso y responsable. Fue nombrado capitán del equipo de Quidditch de Gryffindor y ayudaba a otros estudiantes cuando necesitaban apoyo en sus estudios mágicos.

Al final del año escolar, durante la ceremonia de clausura, Dumbledore felicitó a Harry por su valentía e inteligencia. Le otorgó una medalla especial por su contribución para hacer de Hogwarts un lugar mejor.

Harry estaba emocionado al recibir la medalla y sintió una gran satisfacción al saber que había hecho la diferencia en la vida de sus compañeros.

Se dio cuenta de que ser un héroe no solo significa tener habilidades mágicas, sino también usarlas para ayudar a los demás. Y así termina nuestra historia, con Harry Potter convertido en un verdadero héroe, inspirando a otros a ser valientes y responsables en la vida.

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