El valiente Mateo



Había una vez un pequeño pueblo en la costa de Argentina llamado Puerto Esperanza. Los habitantes de este pueblo eran muy trabajadores y amables, pero también eran muy valientes.

Cada día se levantaban temprano para ir a pescar en el mar y después regresaban a sus hogares para pasar tiempo con sus familias. Un día, mientras los niños jugaban en la playa, un barco inglés llegó al puerto.

Los habitantes del pueblo estaban asustados porque sabían que Inglaterra estaba en guerra con otros países y no sabían qué podía pasar. Los soldados ingleses desembarcaron del barco y comenzaron a caminar hacia el centro del pueblo.

Todos los habitantes corrían hacia sus casas, cerrando las puertas y las ventanas con fuerza. Pero Mateo, un niño valiente de 8 años, decidió hacer algo para ayudar a su pueblo. Corrió hacia el centro del pueblo donde estaban los soldados ingleses.

- ¿Qué están haciendo aquí? - preguntó Mateo con valentía. - Estamos buscando comida y agua - respondió uno de los soldados. Mateo pensó rápidamente en una solución. Sabía que si les daba lo que pedían, tal vez se irían sin causar más problemas.

- Tengo algunas frutas que puedo darles - dijo Mateo mientras sacaba unas manzanas de su bolsillo - Y puedo llevarlos al pozo para que tomen agua fresca. Los soldados aceptaron la oferta de Mateo y lo siguieron hacia el pozo.

Mientras bebían agua fresca, Mateo les contó sobre su vida en Puerto Esperanza: cómo pescaba con su padre, cómo jugaba con sus amigos y cómo amaba a su pueblo.

Los soldados ingleses escucharon atentamente las historias de Mateo y comenzaron a sentirse avergonzados por lo que estaban haciendo. Habían venido a robar comida y agua de un pueblo indefenso, pero gracias a la valentía de Mateo se dieron cuenta del error que estaban cometiendo.

- Lo siento mucho - dijo el líder de los soldados - No deberíamos haber venido aquí así. Prometo que no volveremos a hacerlo. Los soldados ingleses regresaron a su barco y se fueron del puerto sin causar más problemas.

Los habitantes de Puerto Esperanza estaban asombrados por la valentía de Mateo y lo celebraron como un héroe. Desde ese día en adelante, Mateo fue conocido como el niño valiente que detuvo el ataque inglés.

Aprendió que incluso los actos más pequeños pueden tener un gran impacto en el mundo, y nunca dejó de luchar por lo que creía justo.

FIN.

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