El valiente Mateo y su gran desafío
Había una vez un niño llamado Mateo que tenía un problema muy peculiar: no quería hacer pis. Todos los días, cuando sentía la necesidad de ir al baño, se negaba rotundamente y buscaba cualquier excusa para evitarlo.
Un día, mientras jugaba en el parque con sus amigos Lucas y Sofía, Mateo sintió esa incómoda sensación en su vejiga. Pero en lugar de ir al baño como todos los demás niños, decidió aguantar el pis.
"Mateo, ¿por qué no vas al baño?", preguntó Sofía preocupada. "No quiero", respondió Mateo cruzando los brazos. "Pero es importante cuidar de nuestro cuerpo", dijo Lucas acercándose a él. "No me importa", contestó tercamente Mateo.
Sus amigos intentaron convencerlo durante todo el día, pero Mateo seguía negándose a ir al baño. Al finalizar la tarde, cuando regresaron a casa, la mamá de Mateo notó que su hijo estaba inquieto y le preguntó qué le pasaba.
"Mamá, no quiero hacer pis", confesó Mateo con tristeza. La mamá de Mateo lo miró comprensiva y le explicó lo importante que era vaciar su vejiga regularmente para mantenerse sano.
Además, le contó sobre las consecuencias negativas que podían ocurrir si uno se aguantaba mucho tiempo sin hacer pis. Mateo escuchaba atentamente las palabras de su mamá y empezó a darse cuenta de que estaba poniendo en riesgo su salud por algo tan simple como ir al baño.
Decidió entonces enfrentar su miedo y superar su negativa. Al día siguiente, cuando Mateo sintió nuevamente esa necesidad de hacer pis, se armó de valor y fue al baño sin pensarlo dos veces. Se sintió aliviado y orgulloso de sí mismo por haber vencido su miedo.
Los días pasaron y Mateo siguió haciendo pis cada vez que lo necesitaba. Se dio cuenta de que no era tan malo como pensaba y que, además, podía hacerlo rápidamente para no perder mucho tiempo en sus juegos.
Un día, mientras jugaban en el parque nuevamente, Lucas tuvo una idea brillante. "¡Vamos a hacer una carrera hasta el baño!", propuso emocionado. Sofía y Mateo aceptaron entusiasmados y los tres corrieron hacia el baño más cercano.
Fue una carrera divertida donde todos llegaron a tiempo al baño sin ningún problema. Desde ese día, Mateo entendió la importancia de cuidar su cuerpo y escuchar las necesidades de su organismo.
Ya no tenía miedo ni se negaba a ir al baño cuando lo necesitaba. Y así, Mateo aprendió que superar nuestros miedos nos hace más fuertes y nos ayuda a cuidarnos mejor.
A partir de entonces, siempre recordaría la lección del pis para ser un niño saludable y feliz.
FIN.