El valiente Mono Cochino
Había una vez, en la selva de Argentina, un mono muy especial llamado Mono Cochino.
A diferencia de los demás monos, él no tenía un pelaje suave y brillante, sino que estaba cubierto de manchas y tenía el pelo despeinado. Un día, mientras los demás monos jugaban y saltaban de árbol en árbol, Mono Cochino se sentaba solo en una rama. Se sentía triste y diferente a los demás.
Observaba cómo todos lo evitaban y se burlaban de él por ser diferente. Un hermoso colibrí llamado Picaflorita notó la tristeza del Mono Cochino y decidió acercarse a él. "-Hola Mono Cochino, ¿por qué estás tan triste?", preguntó amablemente Picaflorita.
Mono Cochino levantó la cabeza sorprendido por el gesto amigable del colibrí. "-Nadie quiere jugar conmigo porque soy diferente", respondió con voz entrecortada. Picaflorita sonrió dulcemente y le dijo: "-Mono Cochino, nadie debería ser excluido o burlado por ser diferente.
Todos somos únicos y especiales a nuestra manera". Estas palabras resonaron en el corazón del Mono Cochino, quien sintió una chispa de esperanza dentro de sí mismo. Decidió dejar atrás su tristeza y enfrentar este nuevo día con valentía.
A medida que pasaba el tiempo, Mono Cochino comenzó a mostrar sus habilidades únicas. Descubrió que podía trepar árboles más rápido que cualquier otro mono gracias a sus patas fuertes y flexibles.
Cuando los demás monos se dieron cuenta de esto, quedaron asombrados y admiraron la habilidad del Mono Cochino. Poco a poco, comenzaron a aceptarlo y jugar con él. Un día, mientras exploraba la selva junto con sus nuevos amigos, Mono Cochino escuchó un llanto proveniente de lo profundo del bosque.
Siguiendo el sonido, encontró a un pequeño perezoso atrapado en una rama. Sin pensarlo dos veces, Mono Cochino utilizó su agilidad para trepar rápidamente por el árbol y rescatar al perezoso. "-¡Estás a salvo ahora!", exclamó emocionado.
El perezoso miró al Mono Cochino con gratitud y le dijo: "-Gracias por salvarme. Eres realmente valiente y especial".
Este gesto heroico hizo que todos los animales de la selva se dieran cuenta de lo extraordinario que era el Mono Cochino. Desde ese día en adelante, fue conocido como "el mono valiente" y todos querían ser su amigo.
Mono Cochino aprendió una gran lección: no importa cómo te veas por fuera, lo que importa es quién eres en tu interior. Todos tenemos algo especial para ofrecer al mundo si nos atrevemos a mostrarlo. Desde entonces, Mono Cochino vivió felizmente rodeado de amor y amistad en la selva argentina.
Y cada vez que alguien se sentía triste o excluido por ser diferente, él les recordaba las palabras sabias de Picaflorita: "Todos somos únicos y especiales a nuestra manera".
FIN.