El valiente nado
Había una vez un patito llamado Patico que vivía en un hermoso lago rodeado de altos árboles y flores coloridas.
Todos los días, Patico veía a sus amigos nadar y jugar en el agua, pero él siempre se quedaba en la orilla mirando. Patico tenía miedo de meterse en el agua. Pensaba que no sabía nadar bien y que podría hundirse sin remedio. Por eso prefería quedarse en tierra firme, observando a sus amigos divertirse.
Un día soleado, mientras Patico estaba sentado tristemente en la orilla del lago, su amiga Anita la rana se acercó a él. Anita era muy valiente y siempre animaba a todos los demás animales del lago.
"¿Por qué no te metes al agua con nosotros, Patico?", le preguntó Anita con una gran sonrisa. Patico bajó la cabeza y contestó tímidamente: "Tengo miedo de ahogarme porque no sé nadar".
Anita saltó emocionada sobre una hoja flotante y dijo: "¡No te preocupes! Yo puedo enseñarte a nadar. Será muy divertido". Patico dudó por un momento, pero después de ver lo feliz que estaban todos sus amigos dentro del agua decidió darle una oportunidad al aprendizaje.
Así comenzaron las clases de natación entre Anita y Patico. Todos los días iban al lago temprano por la mañana antes de que llegaran los otros animales para practicar diferentes técnicas de natación.
Poco a poco, Patico fue ganando confianza gracias al apoyo y aliento de Anita. Pronto aprendió a mover sus patitas en el agua y a flotar sin hundirse. Un día, cuando Patico creía que ya estaba listo para nadar solo, sus amigos patos se unieron a ellos en el lago.
"¡Vamos, Patico! ¡Anímate!", lo animaron todos al unísono. Patico respiró profundamente y dio un paso hacia adelante. Se metió en el agua con mucho cuidado y comenzó a nadar lentamente.
Sus amigos lo rodearon, aplaudiendo y vitoreando por su valentía. Desde ese día, Patico dejó de temer al agua. Nadaba con gracia junto a sus amigos patos y disfrutaba cada momento en el lago.
Pero lo más importante es que Patico aprendió una gran lección: nunca debemos dejar que nuestros miedos nos impidan intentar cosas nuevas. Siempre habrá alguien dispuesto a ayudarnos y apoyarnos en nuestras metas.
Y así, Patico vivió felizmente junto a sus amigos patos, disfrutando del agua del lago cada día mientras recordaba siempre la importancia de superar los miedos para descubrir nuevas aventuras.
FIN.