El valiente pastorcito Julio
Había una vez un niño llamado Julio, que vivía en un pequeño pueblo muy lejos de la ciudad. Julio era un pastorcito que cuidaba con mucho cariño a sus ovejas.
Todos los días, al atardecer, Julio salía a pastorear a sus ovejas por los campos cerca de su casa. Un día, mientras caminaba junto a sus ovejas, Julio se encontró con un rebaño de ovejas extraviadas. Sin pensarlo dos veces, decidió ayudarlas.
- ¡Hola! Soy Julio, ¿se han perdido? - les preguntó con amabilidad. Las ovejas balaban tristemente indicando que sí. Julio, con valentía y determinación, decidió guiarlas de regreso a su hogar. A lo largo del camino, encontraron muchos obstáculos y desafíos.
El sol comenzaba a ponerse, pero Julio no se rindió. Con ingenio y astucia, logró superar los obstáculos y finalmente, antes de que cayera la noche, llevó a las ovejas de regreso a su dueño.
Todos celebraron la valentía y determinación de Julio, quien se convirtió en un verdadero héroe para el pueblo. Desde ese día, Julio supo que con esfuerzo, valentía y determinación, podía superar cualquier desafío que se le presentara.
Y así, cada tarde al pastorear a sus ovejas, recordaba la importancia de ayudar a los demás y nunca rendirse ante las dificultades.
FIN.