El valiente perro amigo



Había una vez un pequeño perro llamado Amigo. Vivía en un tranquilo pueblo rodeado de hermosos campos y altas montañas. Amigo era amable, juguetón y siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás.

Un día, mientras paseaba por el parque del pueblo, Amigo vio a un grupo de niños tristes sentados en un banco.

Se acercó corriendo y les preguntó:- ¡Hola! ¿Por qué están tan tristes? Los niños miraron al perro con sorpresa y uno de ellos respondió:- Estamos buscando nuestro balón de fútbol que se ha perdido. No podemos jugar sin él. Amigo movió la cola emocionado y dijo:- ¡No se preocupen! Yo puedo ayudarlos a encontrarlo.

Los niños sonrieron ante la oferta del perro y juntos comenzaron la búsqueda del balón perdido. Recorrieron cada rincón del parque, levantaron hojas, revisaron arbustos e incluso llamaron bajo los bancos, pero no encontraban el balón por ninguna parte.

Desanimados, los niños estaban a punto de rendirse cuando Amigo tuvo una idea brillante. - ¡Chicos! Tengo una idea. ¿Qué tal si nos subimos al árbol más alto para tener una mejor vista? Quizás así podamos ver dónde está el balón.

Con entusiasmo, los niños siguieron al perro hacia el árbol más grande del parque. Uno tras otro fueron trepando hasta llegar a las ramas más altas. Desde allí arriba, tuvieron una vista panorámica del parque y sus alrededores.

Fue entonces cuando uno de los niños exclamó emocionado:- ¡Allí está el balón! Está en el techo del edificio de enfrente. Amigo, sin dudarlo, saltó del árbol y corrió hacia el edificio.

Con su aguda habilidad para escalar, llegó rápidamente al techo y tomó el balón con cuidado entre sus dientes. Luego regresó al parque donde los niños lo estaban esperando ansiosos. - ¡Lo encontraste, Amigo! -gritaron alegremente los niños. Amigo soltó el balón y movió la cola emocionado.

- ¡Sí! Lo encontramos todos juntos. Eso es lo que importa. Los niños se abrazaron unos a otros y le dieron las gracias a Amigo por su valiosa ayuda. - Eres un verdadero amigo, Amigo -dijeron sonriendo.

Desde ese día, Amigo se convirtió en el héroe del pueblo. Todos conocían su historia y siempre acudían a él cuando necesitaban ayuda. El pequeño perro demostró que trabajar en equipo y no rendirse ante los obstáculos eran cualidades muy valiosas.

Y así, Amigo vivió feliz en aquel pueblo rodeado de amigos que valoraban su amabilidad y espíritu colaborador. Juntos aprendieron importantes lecciones sobre la importancia de la solidaridad y la amistad verdadera.

FIN.

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