El valiente pingüino y la foca hambrienta



Había una vez, en la gélida Antártida, una familia de pingüinos que vivía felizmente cerca del océano. Entre ellos se encontraba Pingu, un pequeño pingüino curioso y valiente. Un día, mientras la familia de Pingu estaba pescando en el mar, una foca hambrienta acechaba desde las profundidades, lista para atacar.

- ¡Mamá, papá, miren! ¡Allá viene la foca! - gritó Pingu, alarmado.

- ¡Rápido, nademos hacia la orilla! - ordenó el papá pingüino, tratando de mantener a todos a salvo.

A pesar de los esfuerzos de la familia, la foca se acercaba cada vez más, sus afilados dientes brillando bajo el sol. En ese momento, Pingu recordó una lección que había aprendido sobre el trabajo en equipo.

- Esperen, tengo una idea. Mamá, papá, sigan nadando hacia la orilla. Yo distraeré a la foca - propuso Pingu con determinación.

- ¡Pero Pingu, es muy peligroso! - exclamó la mamá pingüino, preocupada.

- Confíen en mí, yo puedo hacerlo. Haré todo lo posible para mantenerlos a salvo - respondió Pingu, con determinación en sus ojos.

Pingu se separó del grupo y nadó hacia la foca, agitando sus alas y emitiendo sonidos fuertes para llamar su atención. La foca, confundida por el repentino ataque del pequeño pingüino, se distrajo lo suficiente como para permitir que el resto de la familia alcanzara la orilla.

- ¡Miren esa valentía! - exclamó la mamá pingüino, viendo a Pingu desde la seguridad de la costa.

- ¡Bravo, hijo! ¡Eres realmente valiente! - añadió el papá pingüino, orgulloso de su pequeño.

Finalmente, la foca, frustrada al haber perdido su presa, se alejó en busca de otra oportunidad para alimentarse. Pingu se les unió en la orilla, donde la familia celebró su valentía y astucia para sobrevivir.

Desde ese día, Pingu se convirtió en un ejemplo para todos los pingüinos jóvenes, enseñándoles la importancia del trabajo en equipo, la valentía y la astucia. Y la familia de Pingu aprendió que, a veces, los héroes vienen en los tamaños más pequeños. 

FIN.

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