El valiente pollito en busca de su mamá



Había una vez en un gran campo verde, un pequeño pollito que se había separado de su mamá. La mamá gallina, preocupada, lo había perdido de vista en medio del bullicio del corral. El pollito, asustado y solitario, decidió emprender un valiente viaje en busca de su mamá.

El camino no sería fácil, ya que en el campo vivían criaturas peligrosas como las serpientes y los zorros. El pollito, sin embargo, no se dejaría vencer por el miedo y decidió enfrentar los peligros para reencontrarse con su mamá.

En su travesía, el pollito se encontró con una serpiente astuta que intentaba engañarlo. -Hola pequeño pollito, ¿estás perdido? Yo puedo ayudarte a encontrar a tu mamá -dijo la serpiente con una sonrisa tramposa. Pero el pollito, recordando los consejos de su mamá, lo pensó dos veces y con valentía respondió: -No te creo, serpiente. Tú solo quieres comerme. Y sin dudarlo, corrió lejos de la serpiente.

Más adelante, el pollito se topó con un zorro hambriento que lo acechaba entre los árboles. -Pequeño pollito, ven aquí, no te haré daño. Solo quiero ser tu amigo -dijo el zorro con voz suave y engañosa. Pero el pollito, recordando nuevamente las enseñanzas de su mamá, no se dejó engañar y con astucia le dijo: -No, zorro. Tú solo quieres cazarme. Y, con un rápido aleteo, escapó del peligroso zorro.

Después de superar muchas adversidades, el valiente pollito divisó a lo lejos el corral donde vivía con su mamá. Lleno de alegría, corrió tan rápido como pudo hasta encontrarla. La mamá gallina, al ver a su pequeño pollito, lo abrazó con amor y alivio. -¡Mamá, mamá! -exclamó el pollito feliz. -Te extrañé mucho, pero no tuve miedo porque recordé tus enseñanzas sobre cómo cuidarme de los peligros.

La mamá, orgullosa y emocionada, abrazó a su valiente pollito y le dijo: -¡Eres muy valiente y astuto, mi querido pollito! Siempre recuerda que la valentía y la astucia son armas poderosas para enfrentar los peligros. Estoy orgullosa de ti.

Y así, el pollito aprendió que con valentía, astucia y recordando las enseñanzas de su mamá, podía superar cualquier peligro en su camino. Desde ese día, el pollito y su mamá vivieron felices y unidos, enfrentando juntos cualquier desafío que se les presentara.

FIN.

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