El valiente protector del bosque
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Feliz, vivía un niño llamado Mateo Moisés. Mateo era un chico muy aventurero y siempre estaba buscando nuevas emociones.
Un día, mientras exploraba el bosque cercano a su casa, se encontró con un mapache herido. El pobre animal tenía una pata lastimada y no podía moverse. Mateo sintió mucha pena por él y decidió llevarlo a su casa para cuidarlo.
Mateo le construyó una pequeña cama con ramas y hojas, y le dio de comer frutas del bosque. Pronto, el mapache comenzó a recuperarse gracias al amor y cuidado de Mateo. Decidieron llamarlo Roco. Roco se convirtió en el mejor amigo de Mateo.
Juntos exploraban el bosque todos los días, descubriendo nuevos lugares y animales fascinantes. Pero un día, cuando estaban jugando cerca del río, escucharon unos gritos desesperados.
Corrieron hacia el sonido y encontraron a Martina la tortuga atrapada en unas ramas flotantes que la arrastraban hacia una cascada peligrosa. Sin pensarlo dos veces, Mateo saltó al agua para rescatarla.
Con valentía nadó contra la corriente hasta llegar a Martina y la ayudó a subir sobre su espalda para llevarla a tierra firme. Los demás animales del bosque aplaudieron emocionados al ver el acto heroico de Mateo.
A partir de ese momento, los animales del bosque vieron en Mateo a alguien digno de confianza y lo buscaron cada vez que necesitaban ayuda. Mateo se convirtió en el defensor de los animales y siempre estaba dispuesto a ayudarlos en cualquier situación. Un día, mientras caminaba por el bosque, Mateo escuchó un ruido extraño proveniente de un árbol.
Se acercó sigilosamente y descubrió a una cría de búho atrapada entre las ramas. El pobre animalito no podía volar y tenía mucho miedo. Mateo subió al árbol con mucho cuidado y liberó al búho, quien le agradeció con un suave graznido.
Desde ese momento, la mamá búho decidió enseñarle a Mateo todos sus secretos sobre la noche y cómo cazar ratones. Con el tiempo, Mateo se convirtió en un experto del bosque y los animales lo adoraban.
Pero él nunca olvidaba que Roco fue su primer amigo y siempre le dedicaba tiempo para jugar juntos. La valentía y amistad de Mateo Moisés se hicieron conocidas en todo Villa Feliz.
Los niños del pueblo comenzaron a seguir su ejemplo, ayudando a los animales heridos o perdidos que encontraban en el camino.
Y así, gracias al amor por la naturaleza y la valentía de un niño llamado Mateo Moisés, Villa Feliz se convirtió en un lugar donde todos vivían en armonía con los animales del bosque.
FIN.