El valiente regreso de Carmencita


Había una vez en un pequeño pueblo de la campiña argentina, una gallinita llamada Carmencita. Carmencita era muy curiosa y siempre estaba buscando nuevas aventuras.

Un día, mientras picoteaba maíz en el corral, escuchó a su mamá gallina decirle que no se alejara del granero porque había peligros afuera. Pero Carmencita, con su espíritu inquieto, decidió ignorar el consejo de su mamá y salir a explorar más allá del granero.

"-¡Voy a descubrir qué hay al otro lado de la colina! ¡Seguro que es emocionante!" -dijo para sí misma mientras caminaba por los campos. Al principio, todo parecía maravilloso. Carmencita correteaba entre las flores silvestres y cantaba feliz bajo el sol.

Pero pronto se dio cuenta de que se estaba adentrando en un bosque oscuro y desconocido. Los sonidos de los animales nocturnos la asustaban y las sombras le jugaban malas pasadas. "-Oh no, creo que me he perdido", murmuró Carmencita con temor.

Intentó recordar el camino de regreso al granero, pero todo lucía igual en medio del bosque. Comenzó a sentirse triste y arrepentida por haber desobedecido a su mamá gallina.

De repente, escuchó unos pasos pesados acercándose rápidamente hacia ella. Era un zorro astuto que la había estado siguiendo desde que entró al bosque. "-Hola, pequeña gallina perdida", dijo el zorro con una sonrisa maliciosa. "-Creo que te has metido en problemas.

"Carmencita temblaba de miedo ante la presencia del zorro, pero recordando las historias que su abuelita le contaba sobre ser valiente en momentos difíciles, decidió mantener la calma y pensar con claridad.

"-Señor Zorro, estoy perdida pero eso no significa que me vaya a rendir fácilmente", dijo Carmencita con determinación. "-Voy a encontrar mi camino de regreso a casa sin importar lo difícil que sea.

"El zorro quedó sorprendido por la valentía de la pequeña gallina y sintió un poco de admiración por su coraje. Decidió entonces guiarla de vuelta al granero antes de cambiar sus planes originales. Con la ayuda del zorro, Carmencita logró regresar sana y salva junto a su mamá gallina quien estaba muy preocupada por ella.

A partir de ese día, Carmencita aprendió la importancia de escuchar los consejos sabios y ser consciente de los peligros que acechan más allá de lo conocido.

Y así fue como la gallinita desobediente se convirtió en una gallinita prudente y responsable, enseñando a todos en el corral que nunca está demás tener cuidado y respetar las advertencias para evitar situaciones peligrosas.

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