El valiente regreso de Juanita
Juanita era una niña alegre y risueña a la que le encantaba ir a la playa. Pasaba horas construyendo castillos de arena, saltando olas y buscando conchas en la orilla. Sin embargo, un día, mientras disfrutaba del mar, una ola la arrastró lejos de la costa y tuvo un susto muy grande. Aunque lograron rescatarla a tiempo, el miedo que experimentó aquel día la hizo temer regresar al mar.
Al principio, Juanita evitaba la playa y prefería quedarse en casa. No quería ni siquiera escuchar el sonido del mar. Pero su abuelita, Doña Ana, sabía que no podía dejar que el miedo controlara la vida de su nieta. Así que un día, Doña Ana la llevó de paseo a un faro cercano.
El faro era alto y majestuoso, y desde lo alto se podía ver el mar extendiéndose hasta el horizonte. Juanita estaba maravillada por la vista, a pesar de que el mar le recordaba el incidente desafortunado. Fue entonces cuando su abuelita le contó la historia del faro y cómo los marineros confiaban en él para regresar a salvo a tierra firme.
- Juanita, el mar puede ser imponente, pero también es hermoso y tiene mucha bondad. Es normal tener miedo, pero no debemos dejar que nos impida disfrutar de las cosas que amamos -dijo Doña Ana con amor.
Después de aquel día, Juanita comenzó a comprender que el mar no era su enemigo. Poco a poco, con la paciencia de su abuelita, empezó a observar el mar desde lejos. Descubrió que extrañaba la brisa marina y el sonido de las olas. Así que un día, reunió todo su valor y decidió dar un pequeño paso: mojarse los pies en el agua.
Esa experiencia la hizo sentir viva y valiente. Poco a poco, retomó su amor por la playa, pero esta vez con un respeto mayor por el mar. Aprendió a reconocer las señales de peligro, a nadar con seguridad y a pedir ayuda si algo la asustaba.
Finalmente, Juanita regresó a construir castillos de arena, a saltar olas y a buscar conchas en la orilla. Esta vez, con el valioso aprendizaje de que el miedo puede superarse con paciencia, amor y determinación.
FIN.