El valiente rescate de Andrei
Había una vez en un pequeño pueblo de Rusia, un niño llamado Andrei que disfrutaba pasar sus días jugando en las frondosas arboledas cercanas a su casa.
Un día, mientras exploraba un bosquecillo detrás de su hogar, Andrei se encontró con algo que cambiaría su vida para siempre. Entre los árboles, vio a dos hombres discutiendo acaloradamente.
De repente, uno de ellos sacó un cuchillo y apuñaló al otro antes de escapar corriendo dejando atrás un charco de sangre. Andrei se quedó paralizado por el miedo y la sorpresa de lo que había presenciado. Sin pensarlo dos veces, decidió correr hacia el hombre herido y pedir ayuda.
Con todas sus fuerzas, lo arrastró hasta la carretera donde pasaba un auto. El conductor detuvo el vehículo al ver la escena y rápidamente llamaron a una ambulancia. El hombre herido fue llevado al hospital y logró sobrevivir gracias a la valiente acción de Andrei.
La policía llegó al lugar para investigar lo ocurrido y le pidieron al niño que contara todo lo que había visto. "¿Puedes describir al hombre que atacó al otro?" -preguntó el oficial.
"Era alto, con cabello oscuro y vestía una chaqueta roja", respondió Andrei con determinación. Los días siguientes fueron difíciles para el niño, quien se sentía asustado pero también orgulloso por haber ayudado a salvar una vida.
La noticia sobre su valentía se extendió por todo el pueblo y pronto todos conocían la historia del pequeño héroe ruso. Pero la historia no terminaría ahí. Una semana después del incidente, mientras paseaba cerca del bosquecillo donde todo ocurrió, Andrei escuchó unos gritos desesperados provenientes de unas ramas cercanas.
Al acercarse cautelosamente descubrió a un cachorro atrapado entre las ramas de un árbol caído. Sin dudarlo, utilizó sus conocimientos aprendidos durante sus aventuras en el bosque para liberar al cachorro y llevarlo sano y salvo hasta su casa.
Desde ese día en adelante, el cachorro se convirtió en su fiel compañero y juntos vivieron muchas más aventuras en las tierras rusas.
Andrei aprendió que incluso en los momentos más oscuros siempre hay espacio para hacer lo correcto y ayudar a quienes lo necesitan. Su valentía no solo salvó una vida aquel fatídico día, sino que también le regaló una amistad incondicional con su nuevo amigo animal.
FIN.