El valiente rescate de Copito


Había una vez en un bosque encantado, un conejo muy especial llamado Copito. Copito era el encargado de llevar alegría a todos los animales del bosque durante la época de Pascua.

Todos los años, se dedicaba a repartir huevos de colores llenos de sorpresas y dulces. Una mañana soleada, mientras Copito preparaba los huevos para entregarlos, escuchó un ruido extraño proveniente del río que cruzaba el bosque. Curioso, decidió acercarse para ver qué sucedía.

Para su sorpresa, vio que el río estaba seco y todos los peces estaban atrapados en pequeñas charcas de agua sucia. "¡Oh no! ¡Qué desastre!", exclamó Copito preocupado al ver la situación.

Sin dudarlo, el conejo decidió tomar cartas en el asunto y ayudar a los peces. Recordando la magia que poseían sus huevos de Pascua, tuvo una idea brillante: usarlos para devolverle la vida al río.

Con cuidado, comenzó a arrojar uno por uno los huevos al lecho del río seco. Al instante, ocurrió algo maravilloso: cada huevo se convertía en agua cristalina y fresca que fluía rápidamente por el cauce. Los peces saltaron de alegría al sentir cómo volvían a estar en casa.

"¡Gracias, Copito! ¡Eres nuestro héroe!", gritaron los peces emocionados. Copito sonrió satisfecho al ver la felicidad de los habitantes del río.

Sin embargo, sabía que aún faltaba algo importante por hacer: encontrar la fuente original del problema para evitar que volviera a ocurrir. Decidido a resolverlo, siguió el curso del río hasta llegar a lo más profundo del bosque donde descubrió que un malvado hechicero había desviado las aguas para castigar a los animales por no haberle entregado regalos suficientes.

Sin titubear ni tener miedo alguno, Copito enfrentó al hechicero con valentía y usando su astucia logró convencerlo de deshacer su maleficio y restaurar el equilibrio en el bosque. "¿Cómo puedo recompensarte por tu nobleza?", preguntó el hechicero arrepentido.

"No necesito nada más que ver feliz a mi querido bosque", respondió humildemente Copito.

Finalmente, con las aguas fluyendo libremente nuevamente y todos los animales viviendo en armonía gracias a la valentía y bondad de Copito, llegó la tan esperada celebración de Pascua donde cada criatura recibió un huevo especial como símbolo de amistad y gratitud hacia su amigo conejo pascual.

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