El valiente sabor del helado



Había una vez en un barrio tranquilo de Buenos Aires, un chico llamado Alexander que era muy feliz. Le encantaba ir al colegio, jugar con sus amigos y pasear por el parque con su novia, Valentina.

Pero un día, todo cambió. Después de clases, Alexander y Valentina decidieron ir a comprar un helado para disfrutar juntos. Mientras caminaban por la calle riendo y disfrutando del sol, unos chicos malos se acercaron a ellos.

"¿Qué tienes ahí? ¡Ese helado se ve delicioso! ¡Dánoslo!"- dijeron los chicos con actitud amenazante. Alexander se negó a entregarles el helado porque lo había comprado con mucho esfuerzo y esperanza de compartirlo con Valentina.

Los chicos malos no aceptaron la negativa y comenzaron a perseguirlos por las calles estrechas del barrio. Valentina estaba asustada pero Alexander le dijo que corrieran juntos sin mirar atrás.

A pesar de estar en desventaja numérica, Alexander sabía que debía proteger a su novia y defender lo que era suyo. Los chicos malos finalmente alcanzaron a Alexander y comenzaron a empujarlo e insultarlo.

Parecía que iba a ser una pelea desigual, pero en ese momento algo inesperado sucedió: apareció Don Ramón, un vecino anciano del barrio conocido por ser muy sabio y valiente. Don Ramón se interpuso entre los chicos malos y Alexander, les habló con voz firme pero amable:"Chicos, esto no está bien.

No pueden hacerle daño a alguien solo por un helado. La violencia nunca es la solución. "Los chicos malos se sintieron avergonzados por las palabras de Don Ramón y decidieron irse sin causar más problemas.

Alexander estaba sorprendido por la valentía de Don Ramón y le dio las gracias sinceramente. Desde ese día, Alexander aprendió una gran lección: la importancia de resolver los conflictos sin recurrir a la violencia.

Aprendió que siempre hay personas dispuestas a ayudarnos cuando más lo necesitamos si tenemos el valor de pedir ayuda. A partir de entonces, Alexander vivió feliz sabiendo que tenía el apoyo de su familia, amigos como Valentina y vecinos como Don Ramón para enfrentar cualquier adversidad que pudiera cruzarse en su camino.

Y colorín colorado este cuento ha terminado demostrando que con valentía, bondad y sabiduría podemos superar cualquier obstáculo en la vida.

FIN.

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