El valiente Tomás y los días de lluvia

Había una vez un niño llamado Tomás, que tenía 14 años y vivía junto a su mamá Cecilia en una pequeña casa.

Tomás era un chico muy inteligente y curioso, le encantaba leer libros de aventuras y jugar con su gato llamado Tigre. Un día, mientras jugaba con Tigre en el jardín trasero de la casa, Tomás se dio cuenta de que algo extraño estaba pasando.

El cielo se había oscurecido de repente y comenzaron a caer unas gotas grandes como pelotas. Era una tormenta eléctrica muy fuerte. - ¡Tigre! , ven vamos adentro antes de que nos mojemos - dijo Tomás mientras corría hacia la puerta trasera.

Pero justo cuando estaban por entrar a la casa, un rayo cayó sobre el árbol del jardín y lo partió en dos. La rama más grande cayó justo donde estaban ellos dos parados. - ¡Mamá! - gritó Tomás asustado.

Cecilia salió corriendo al jardín para ver qué había pasado y encontró a su hijo temblando junto a Tigre debajo del árbol partido. A partir de ese día, Tomás comenzó a tener miedo cada vez que escuchaba truenos o veía relámpagos.

Incluso empezó a tener pesadillas por las noches. Pero su mamá Cecilia sabía exactamente cómo ayudarlo. Ella lo llevó al médico para asegurarse de que todo estaba bien físicamente hablando.

Luego buscó información sobre cómo superar el miedo a las tormentas eléctricas y descubrió algunas técnicas útiles. - Tomás, ¿quieres que te enseñe una técnica para controlar tu miedo a las tormentas eléctricas? - preguntó Cecilia. - Sí, mamá. Por favor - respondió Tomás con voz temblorosa.

Cecilia le enseñó a Tomás cómo respirar profundamente y concentrarse en algo positivo durante una tormenta eléctrica. También le compró un libro sobre la naturaleza y los fenómenos meteorológicos para que pudiera entender mejor lo que estaba sucediendo.

Con el tiempo, Tomás comenzó a sentirse más seguro durante las tormentas eléctricas y ya no tenía pesadillas por las noches. Incluso empezó a disfrutar de la lluvia y el olor fresco del aire después de una tormenta.

Y así, gracias al amor y apoyo de su mamá Cecilia, Tomás aprendió a superar sus miedos y descubrió un nuevo mundo lleno de aventuras esperándolo afuera cada vez que llovía.