El valiente Tomás y los monstruos de la noche



Había una vez un niño llamado Tomás que tenía mucho miedo de dormir en su habitación porque creía que había monstruos bajo la cama y el temido Cuco en el armario.

Una noche, mientras se preparaba para acostarse, su mamá le preguntó: "¿Por qué tienes tanto miedo de dormir en tu habitación, mi amor?". Tomás respondió: "Tengo miedo del Cuco y los monstruos". Su mamá lo abrazó y le dijo: "No hay nada que temer.

Los monstruos no existen y el Cuco es solo una historia inventada para asustar a los niños. Quiero ayudarte a superar tus miedos nocturnos". Tomás se sintió un poco mejor después de escuchar las palabras reconfortantes de su madre.

Pero aún así, seguía teniendo miedo de dormir solo en su habitación. Esa misma noche, cuando estaba a punto de quedarse dormido, escuchó un ruido extraño proveniente del armario. Inmediatamente pensó que era el Cuco tratando de salir.

Asustado, empezó a llorar y gritar por ayuda. Su mamá corrió hacia la habitación y lo encontró temblando debajo de las sábanas. "Tranquilo mi amor", dijo ella mientras lo abrazaba con fuerza.

"Vamos a comprobar juntos si hay algo en el armario". Después de revisar cuidadosamente dentro del armario, descubrieron que no había nada allí excepto ropa arrugada. "Como puedes ver", dijo su mamá sonriendo,"no hay nada que temer".

Y agregó: "Pero si aún tienes miedo, podemos hacer algo juntos". Tomás la miró con curiosidad y le preguntó: "¿Qué podemos hacer, mamá?". "Podemos crear una especie de ritual antes de dormir para que te sientas más seguro", respondió ella.

"Podemos revisar juntos el armario y debajo de la cama todas las noches antes de dormir. Y puedes elegir un objeto especial que te haga sentir protegido mientras duermes". Tomás sonrió emocionado por su idea y eligió un peluche de oso como su objeto especial.

Desde esa noche en adelante, Tomás se sintió más seguro en su habitación gracias a los rituales nocturnos que compartía con su mamá. Después de unos días, ya no tenía miedo del Cuco ni de los monstruos imaginarios.

Y cuando sus amigos le contaban historias espeluznantes sobre el Cuco y los monstruos bajo la cama, Tomás les decía con seguridad: "No hay nada que temer".

FIN.

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