El valiente viaje de Juan y el perro feroz



Había una vez un niño llamado Juan, a quien le encantaba pasear por el parque cerca de su casa.

Un día soleado, mientras caminaba por el parque, vio a lo lejos a un perro grande y feroz que se acercaba rápidamente hacia él. -¡Ayuda! ¡Un perro me está persiguiendo! -gritó Juan, corriendo tan rápido como podía para escapar del peligroso animal.

El perro era un pastor alemán muy agresivo que había escapado de su dueño y estaba buscando algo con qué jugar. Pero para Juan, aquel no era un juego, sino una situación de vida o muerte.

El niño corría desesperadamente tratando de encontrar refugio, pero el perro lo alcanzó y lo derribó al suelo con un fuerte empujón. Juan cayó al suelo y sintió miedo ante los afilados dientes del perro que se acercaban peligrosamente a él. En ese momento de angustia, Juan recordó las enseñanzas de sus padres sobre cómo actuar en situaciones difíciles.

Recordó que debía mantener la calma y tratar de comunicarse con el animal para calmarlo. Con voz temblorosa pero firme, Juan dijo: "Tranquilo amigo, no quiero hacerte daño. Soy tu amigo".

Para sorpresa de Juan, el perro pareció detenerse por un momento al escuchar esas palabras amables. El niño aprovechó ese instante de pausa para levantarse lentamente y extender su mano hacia el perro en señal de paz.

El animal olfateó la mano extendida de Juan y poco a poco fue relajándose. -¿Qué te pasó amigo? ¿Por qué estás tan asustado? -preguntó Juan al perro con ternura.

El perro comenzó a mover la cola lentamente y luego se echó en el suelo mostrando su panza en señal de sumisión. Parecía haber entendido las palabras reconfortantes del niño y haber encontrado en él a alguien digno de confianza. Desde ese día, Juan y el perro se convirtieron en inseparables compañeros.

El dueño del animal quedó impresionado por la valentía y bondad del niño e incluso permitió que se quedara con él como mascota.

Juan aprendió una gran lección aquel día: que incluso en los momentos más difíciles, es importante mantener la calma, ser amable y buscar soluciones pacíficas antes que recurrir a la violencia o al miedo. Y así, juntos recorrieron nuevos caminos llenos de aventuras donde la amistad triunfaba sobre cualquier obstáculo.

FIN.

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