El valiente y el dragón de cristal




En un reino lejano, se alzaba una imponente montaña de cristales donde un gran dragón dormía. Los aldeanos lo observaban aterrorizados, hasta que un joven valiente decidió enfrentarlo.

Armado solo con su ingenio, el joven emprendió el peligroso viaje hasta la cueva del dragón. En lugar de atacar, el valiente comenzó a cantar una suave melodía. El dragón, sorprendido, despertó y escuchó atentamente la hermosa canción.

Poco a poco, su mirada fieramente dura se fue suavizando, y finalmente cerró sus ojos, dejándose llevar por la armonía de la música. El joven continuó cantando, llenando la cueva con melodías de paz y serenidad. Con cada nota, el cristal que recubría al dragón se tornaba más transparente, revelando su verdadera naturaleza luminosa.

Los aldeanos, maravillados, se acercaron a la cueva y contemplaron asombrados la transformación del dragón. Desde ese día, el valiente joven visitaba al dragón regularmente, compartiendo su música y amistad.

La montaña de cristales se convirtió en un lugar de paz y armonía, donde el dragón y los aldeanos vivían en armonía. Y así, la valentía y compasión del joven valiente lograron transformar el terror en amistad, y la música en un puente hacia la comprensión.

FIN.

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