El valor de Álbaro



. Los padres de Álbaro se despertaron sobresaltados y preocupados por el grito de su hijo. Corrieron hacia la habitación de Álbaro y lo encontraron temblando debajo de las sábanas.

"¿Qué pasa, mi amor? ¿Por qué gritaste?", preguntó su madre con voz dulce y preocupada. "Tuve una pesadilla horrible", respondió Álbaro con lágrimas en los ojos. "Oh, pobrecito", dijo su padre acariciando su cabeza.

"¿Quieres hablar sobre tu pesadilla?"Álbaro asintió con la cabeza y comenzó a contarles sobre cómo había soñado que estaba atrapado en un mundo lleno de zombis peligrosos que querían comérselo vivo. "Eso debe haber sido muy aterrador para ti", dijo su madre comprensiva. "Pero recuerda, las pesadillas no son reales.

Son solo historias que nuestra mente crea mientras dormimos. ""Pero fue tan realista", protestó Álbaro. "Lo sé, pero tienes que recordar que eres fuerte y valiente", dijo su padre alentadoramente.

"Y si alguna vez te encuentras en una situación difícil como esa, siempre puedes pedir ayuda. "Álbaro asintió con la cabeza pero todavía parecía inquieto e inseguro. "Además", continuó su madre "hay muchas cosas que puedes hacer para evitar tener esas pesadillas".

"¿Cómo qué?" preguntó curioso el niño. "Bueno, por ejemplo" dijo ella "antes de dormir podemos leer un libro o escuchar música relajante. También es importante evitar ver películas o jugar videojuegos violentos antes de dormir".

"Y si aun así tienes una pesadilla, recuerda que nosotros estamos aquí para protegerte", añadió su padre abrazándolo. Álbaro se sintió más tranquilo al escuchar las palabras reconfortantes de sus padres y decidió que no dejaría que las pesadillas lo controlaran.

A partir de esa noche, comenzó a seguir los consejos de sus padres y poco a poco sus sueños se volvieron más pacíficos y agradables.

Con el tiempo, Álbaro aprendió que aunque a veces la vida puede ser difícil e impredecible como en su pesadilla, siempre hay formas de superar los obstáculos y encontrar la felicidad. Y junto con el amor incondicional y apoyo constante de sus padres, nada podría detenerlo.

FIN.

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