El valor de decir la verdad
Había una vez un niño llamado Mateo. Mateo era muy imaginativo y le encantaba contar historias. Sin embargo, a veces se confundía sobre lo que realmente había pasado y terminaba diciendo cosas que no eran ciertas.
Cuando sus amigos y familiares se daban cuenta de estas confusiones, empezaron a perder la confianza en él. Mateo se sentía muy triste por esto, no quería lastimar a nadie, pero le resultaba difícil separar la realidad de su imaginación.
Un día, Mateo se encontró con un hada madrina en el bosque. El hada le preguntó qué le pasaba y Mateo, con lágrimas en los ojos, le contó su problema.
El hada sonrió y le dijo: "Mateo, tu imaginación es maravillosa, pero es importante que aprendas a distinguir entre lo que es real y lo que es ficción. La verdad es un tesoro que debes cuidar y proteger".
A partir de ese día, Mateo decidió prestar mucha atención a lo que realmente sucedía a su alrededor. Empezó a ser más consciente de las diferencias entre la realidad y su imaginación. A medida que lo hacía, descubrió lo satisfactorio que era contar la verdad y ser creído.
Pronto, sus amigos y familiares notaron el cambio en Mateo y volvieron a confiar en él. Mateo aprendió que no importa cuán creativa sea su imaginación, la verdad es siempre más valiosa.
Y desde entonces, se esforzó por ser honesto en todas sus palabras y acciones, sabiendo que la verdad es un regalo que debía cuidar y valorar.
FIN.