El Valor de Jonas
Era una mañana soleada en la Escuela Primaria El Arco Iris, donde todos los niños jugaban en el recreo. Sin embargo, no todos disfrutaban de esos momentos. Jonas, un niño de ojos grandes y sonrisa tímida, se sentaba solo en una banca del patio, observando a los demás. A menudo, sus compañeros Juan, Marcos y David se acercaban para molestarlo.
"¿Qué haces ahí, Jonas? ¡¿Jugando a ser invisible? !" - gritó Juan, riéndose con sus amigos.
"¿No tenés amigos, o sos muy raro para jugar con nosotros?" - agregó Marcos, mientras David se reía fuertemente, como siempre.
Jonas intentaba ignorarlos, pero cada palabra lo lastimaba un poco más. En su casa, se sentía triste y no entendía por qué lo trataban así. Su mamá, aunque siempre le decía que había que ser fuerte, no sabía exactamente lo que estaba sucediendo.
Un día, después de un episodio de burlas, Jonas caminó de regreso a casa con la cabeza gacha y el corazón pesado. Mientras caminaba, vio un cartel colorido en la plaza que decía: “¡Concurso de Talentos! ¡Demuestra lo mejor de vos! ” Se detuvo a mirarlo. Sabía que tenía un talento especial: podía dibujar cosas increíbles, pero la idea de mostrarse frente a todos le daba miedo.
Al llegar a su casa, decidió que no podría participar en el concurso. "Soy muy diferente, nadie va a querer verme..." - murmuró para sí mismo.
La noticia del concurso se esparció rápidamente por la escuela. Juan, Marcos y David comenzaron a hacer planes para hacer una performance cómica durante el evento, burlándose de Jonas y su arte.
El día del concurso llegó y el ambiente estaba lleno de emoción. Jonas, sin embargo, se había preparado en secreto. Había dibujado varias ilustraciones y, con el apoyo de su mamá, decidió presentar su trabajo. No importaba lo que dijeran Juan, Marcos y David, esta era su oportunidad.
Jonas caminó hacia el escenario con el corazón palpitante. Se llevó las manos a los bolsillos, sintiendo los dibujos que había preparado. "Solo haré lo que más amo", se dijo a sí mismo.
Cuando llegó su turno, vio a Juan, Marcos y David en el público, esperándolo, con sonrisas burlonas. Con un suspiro profundo, subió al escenario, mostrando su talento.
"Hoy les voy a presentar mis dibujos", dijo con voz temblorosa.
A medida que mostraba sus obras, la gente se fue callando. Jonas dibujaba criaturas mágicas, paisajes llenos de vida y personajes divertidos. La audiencia comenzó a aplaudir y a animarlo. Cada aplauso era una inyección de confianza.
Cuando terminó su presentación, la multitud estalló en aplausos. A pesar de ver las caras de sus compañeros, Jonas sintió que había logrado algo mucho más grande que un simple concurso: había reafirmado su valor.
Juan, Marcos y David se miraron el uno al otro, sorprendidos. Era la primera vez que veían a Jonas brillar y sintieron que debían reflexionar. No era fácil ser quien eran y, tal vez, se estaban perdiendo algo.
Esa tarde, después del concurso, Juan se acercó a Jonas. "Che, no quiero que sigas sintiendo que no tenés amigos. ¿Te gustaría jugar al fútbol con nosotros en el recreo?" - preguntó, un poco nervioso.
"¿Yo, jugar al fútbol con ustedes?" - dijo Jonas, asombrado.
"Sí, somos un buen equipo. ¿Qué te parece?" - añadió Marcos, sonriendo.
"Bueno, por qué no, podría intentarlo" - respondió Jonas, sintiéndose más ligero.
Ese fue el inicio de una nueva etapa. Los chicos empezaron a compartir más momentos juntos. Jonas se dio cuenta de que, a veces, lo que parece una adversidad puede transformar en nuevas amistades. Y aunque algunos días fueran difíciles, siempre habría un lugar donde brillar.
Jonas comprendió también que podía ser valiente al mostrar su verdadero yo. Y que, aunque la vida tiene sus desafíos, siempre había espacio para el cambio y la bondad.
Y así, Jonás aprendió que tener amigos y perseguir sus pasiones lo hacía más fuerte, y también ayudó a que sus compañeros comprendieran el poder de la empatía.
FIN.