El valor de Juancito



Juancito era un niño muy alegre y curioso. Le encantaba jugar con sus amigos en el parque, correr detrás de las mariposas y descubrir nuevos insectos en el jardín.

Siempre tenía una sonrisa en su rostro y contagiaba felicidad a todos los que lo rodeaban. Un día, mientras Juancito jugaba en casa, comenzó a sentir un fuerte dolor en su estómago. Se llevó las manos a la panza y se preocupó al ver que no desaparecía.

Corrió hacia donde estaban sus papás y les dijo con voz temblorosa: "¡Me duele mucho aquí!". Los papás de Juancito se alarmaron al verlo tan afligido. Lo revisaron, pero no pudieron encontrar la causa del dolor.

Decidieron llevarlo al médico para que lo examinara mejor, pero mientras tanto le dieron un poco de agua caliente para calmarlo.

Al día siguiente, Juancito todavía sentía molestias en su estómago, pero como le parecían menos intensas decidió ir a la escuela como siempre. Durante la clase de matemáticas, el dolor regresó con más fuerza y Juancito no pudo contener las lágrimas. La maestra lo llevó rápidamente a la enfermería y llamaron a sus papás.

"¿Qué te pasa, Juancito? ¿Dónde te duele?", preguntó su mamá angustiada mientras acariciaba su cabecita. "Aquí", respondió él señalando su barriga entre sollozos. Sus papás decidieron llevarlo de inmediato al hospital para que los doctores pudieran ayudarlo.

Después de hacerle varios estudios médicos, descubrieron que Juancito tenía un problema en el intestino delgado que requería una cirugía urgente. Los papás de Juancito sintieron miedo ante la noticia, pero sabían que tenían que ser valientes por él.

Pasaron muchas horas esperando afuera del quirófano hasta que finalmente salió el doctor con una buena noticia: la operación había sido un éxito.

Sin embargo, explicaron que ahora Juancito tendría algo llamado ileostomía, lo cual significaba que parte de su intestino estaba conectado a una bolsita fuera de su cuerpo para poder eliminar los desechos corporales.

Juancito se asustó un poco al principio al ver esa bolsita pegada a su abdomen, pero sus papás le explicaron con ternura que era solo temporal y necesario para ayudarlo a recuperarse completamente. "No te preocupes, mi amor", dijo su mamá abrazándolo con cariño. "Esto es solo una etapa más en tu camino hacia la salud".

Juancito entendió entonces que aunque las cosas cambien o sean difíciles en algún momento, siempre habrá personas dispuestas a cuidarlo y amarlo sin importar qué pase.

Y así fue como Juancito aprendió sobre la importancia de ser valiente frente a los desafíos, sobre el amor incondicional de su familia y sobre cómo mantenerse positivo incluso en medio de las dificultades. Con el tiempo y gracias al apoyo de quienes lo rodeaban, logró recuperarse por completo y volver a disfrutar plenamente cada momento junto a sus seres queridos.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!