El valor de la amabilidad



En un pequeño pueblo argentino, había un profesor que trataba mal a todos sus alumnos. Siempre los regañaba, nunca les sonreía y los hacía sentir mal con sus palabras.

Los niños estaban tristes y desanimados, hasta que un día llegó una nueva alumna llamada Sofía. Sofía era una niña valiente y decidida, y no le tenía miedo al profesor. Un día, cansada de ver a sus compañeros tristes, decidió hablar con ellos.

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Chicos, no podemos permitir que el profesor nos haga sentir mal. Debemos demostrarle que somos mejores que sus malas palabras - les dijo con determinación. Los demás niños la escucharon atentamente y juntos idearon un plan.

Al

día siguiente, cuando el profesor comenzó a regañar a los alumnos, en lugar de enojarse o entristecerse, ellos respondieron con amabilidad y cariño. Le mostraron dibujos que habían hecho, le contaron chistes y le preguntaron sobre su vida.

El profesor, sorprendido por el cambio en el comportamiento de sus alumnos, comenzó a cuestionarse su actitud.

Con el tiempo, los niños lograron su objetivo. El profesor comenzó a ser más amable y comprensivo. Se disculpó con sus alumnos y les dijo que no volvería a tratarlos mal.

Los niños aprendieron que la amabilidad y la comprensión pueden cambiar a las personas, y el profesor descubrió que el respeto y el cariño son la base de una buena relación. Desde entonces, la clase se convirtió en un lugar lleno de risas, aprendizaje y amistad.

FIN.

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