El valor de la amistad


Liam era un niño muy querido por su familia, siempre había sido el centro de atención y recibía mucho amor y cariño.

Pero llegó el momento en que Liam tenía que empezar la escuela y esto lo llenaba de emoción y nerviosismo. El primer día de clases, Liam entró a la sala de 3 con una sonrisa en su rostro.

Miró a su alrededor y vio muchos niños jugando con bloques, pintando e incluso algunos llorando por extrañar a sus padres. Liam se acercó a una mesa donde había varios niños jugando con rompecabezas y preguntó si podía unirse a ellos. "Hola chicos, ¿puedo jugar con ustedes?"- dijo Liam tímidamente.

"¡Sí! ¡Claro que sí!"- respondieron los otros niños emocionados. Liam se sentó junto a ellos y comenzaron a armar el rompecabezas juntos. Fue entonces cuando notaron que faltaba una pieza importante para completarlo. "Oh no, falta una pieza"- dijo uno de los niños desanimado.

"No te preocupes, podemos buscarla juntos"- propuso Liam entusiasmado. Así fue como los cuatro amigos comenzaron la búsqueda de la pieza faltante. Revisaron debajo de las mesas, detrás del armario e incluso pidieron ayuda al maestro para encontrarla.

Después de un rato buscando sin éxito, decidieron hacer algo diferente. "¿Qué tal si creamos nuestra propia pieza?"- sugirió Liam sonriendo. Los otros niños lo miraron sorprendidos pero aceptaron el reto.

Buscaron materiales en la sala: cartulina, crayones y tijeras. Liam dibujó la pieza que faltaba y los otros niños la recortaron y colorearon con entusiasmo. Finalmente, el rompecabezas estaba completo gracias a su ingenio y trabajo en equipo.

Los cuatro amigos se abrazaron emocionados y prometieron seguir jugando juntos todos los días. Con el tiempo, Liam aprendió muchas cosas nuevas en la escuela como leer, escribir y sumar.

Pero lo más importante que aprendió fue el valor de la amistad, el trabajo en equipo y la creatividad para resolver problemas. Liam nunca olvidaría aquel primer día de clases donde encontró amigos maravillosos dispuestos a jugar juntos y crear soluciones cuando las cosas no salían como esperaban.

Y así, cada día se levantaba emocionado por ir a aprender algo nuevo junto a ellos. Fin.

Dirección del Cuentito copiada!