El valor de la amistad


Era un hermoso día de verano y mi amigo Fabián y yo decidimos salir a dar una vuelta por el barrio. Habíamos estado jugando videojuegos todo el día y necesitábamos un poco de aire fresco.

Caminábamos por las calles, mirando las casas y saludando a los vecinos que pasaban por allí. De repente, vimos a un grupo de niños jugando en la plaza cerca de nuestra casa. Nos acercamos para ver qué estaban haciendo.

"¡Hola chicos! ¿Qué están jugando?" - pregunté emocionado. "Estamos jugando al fútbol, ¿quieres jugar con nosotros?" - respondió uno de los niños. Fabián y yo nos miramos sonriendo.

Ambos éramos fanáticos del fútbol así que no podíamos esperar para unirnos al juego. El partido comenzó y todos estábamos muy emocionados. Los niños del barrio eran muy buenos jugadores pero Fabián era mejor aún. Él hacía pases increíbles y anotaba goles impresionantes.

De repente, uno de los niños se tropezó con la pelota y cayó al suelo lastimándose la rodilla. Todos nos detuvimos para asegurarnos de que estaba bien. "Fabián, ¿puedes ayudarme a llevarlo a casa? Su mamá es enfermera y seguro puede curarlo rápido.

" - le dije preocupado. "Claro amigo, vamos juntos. " -respondió Fabián sin dudarlo ni un segundo. Así fue como llevamos al niño herido hasta su casa donde su mamá lo atendió rápidamente.

Fabián y yo nos quedamos allí un rato hablando con ellos y ofreciendo nuestra ayuda en caso de que necesitaran algo más. Cuando salimos de la casa, Fabián me miró y dijo: "No hay nada más importante que ayudar a los demás, amigo.

Siempre debemos estar dispuestos a tender una mano. ""¡Tienes toda la razón! Y gracias por ayudarme a llevar al niño hasta su casa. " -le respondí sonriendo.

Desde ese día, aprendimos la importancia de ser solidarios y siempre estar dispuestos a ayudar a quienes lo necesitan. Además, hicimos nuevos amigos en el barrio y seguimos jugando al fútbol juntos todos los días.

Fabián y yo nunca olvidaremos esa tarde mágica en la que descubrimos el valor de la amistad y de hacer el bien sin esperar nada a cambio.

Dirección del Cuentito copiada!