El Valor de la Amistad
Era un día soleado en el colegio San Martín, el lugar favorito de todos los chicos y chicas del barrio. Sin embargo, en el patio, algo no iba tan bien. Dora y Lila, dos de las alumnas más brillantes de la clase, se habían enredado en una pelea por una malentendida broma sobre el peinado de una y la elección de ropa de la otra.
"¡No te metas con mi look, Lila!" - gritó Dora, visiblemente molesta mientras le ajustaba la coleta con fuerza.
"¡Y vos, dejá de criticar mi estilo!" - respondió Lila, empujando a Dora.
Los chicos, que se encontraban cerca, comenzaron a grabar la escena con sus celulares, primero por diversión, pero pronto se dieron cuenta de que la situación se estaba saliendo de control.
"Che, ¿no ves que se están peleando de verdad?" - dijo Tomás, uno de los compañeros. "Esto no está bien. Deberíamos hacer algo."
"Pero es emocionante..." - respondió Julián, aún con la cámara en mano, intentando captar el momento. Sin embargo, otro compañero, Nicolás, se pasó la mano por la frente y decidió que eso no podía seguir así.
"Chicos, esto no es un espectáculo. Hay que parar esto. Voy a buscar a la profesora Ana." - dijo firmemente, dejando de grabar y caminando rápidamente hacia el salón.
Mientras tanto, la pelea seguía, y los gritos resonaban en todo el patio:
"¡Deja de empujarme, Dora!" - exclamó Lila, con lágrimas en los ojos.
Cuando Nicolás llegó hasta la profesora Ana, se encontró con que ella estaba corrigiendo unos trabajos.
"Señorita, por favor, ¡Dora y Lila están peleando en el patio!" - dijo Nicolás, un poco agitado.
La profesora lo miró con sorpresa y preocupación.
"¿Peleando? Veamos qué está pasando." - contestó mientras se apresuraba hacia el patio junto a Nicolás.
Al llegar, la profesora se encontró con la escena y rápidamente se acercó a las chicas.
"¡Chicas! ¡Basta ya!" - gritó Ana, con una voz firme pero compasiva. Ambas se detuvieron, sorprendidas por la intervención de su maestra.
"¿Qué está pasando aquí?" - preguntó, mirando a cada una.
Dora, con la cara enrojecida, comenzó a explicar:
"Fue solo una broma..." - comenzó a decir, pero su voz se quebró.
"Yo solo quise hacerla reír, pero se enojó y me empujó..." - agregó Lila, mientras limpiaba una lágrima con su mano.
La profesora, al ver la angustia y confusión en sus rostros, les habló con calma:
"Saben que en nuestra escuela no se permiten las peleas. La amistad y el respeto son fundamentales. ¿Por qué no mejor hablamos de esto? A lo mejor, es solo un malentendido."
Dora y Lila se miraron, recordando los momentos divertidos que habían compartido en el pasado, y el enojo comenzó a desvanecerse.
"Lo siento, Lila. No quise ofenderte. Era solo una broma..." - dijo Dora, un poco más tranquila.
"Y yo tampoco debí haberme enojado. Prometo no tomármelo tan a mal. Me parece que realmente me emocioné demasiado." - respondió Lila.
La profesora sonrió al ver cómo se reconciliaban y dijo:
"Siempre hay que cuidar nuestras palabras y nuestras acciones. Recuerden que pueden hablar y resolver los conflictos de otra manera."
Ya más calmadas, las chicas se dieron un abrazo y les pidieron disculpas a sus compañeros, quienes, avergonzados por haber grabado la pelea, decidieron borrar los videos.
"Gracias, Nicolás, por tener el valor de acudir a la profesora. Hiciste lo correcto." - le dijo Lila al chico que las había ayudado.
Nicolás sonrió, sintiéndose orgulloso de haber tomado la decisión correcta.
Desde aquel día, Dora y Lila aprendieron a comunicarse mejor. Se convirtieron en amigas inseparables y empezaron a promover la amistad entre sus compañeros, asegurándose de que lo sucedido nunca volviera a ocurrir.
Y así en el colegio San Martín, el respeto y la amistadwere más fuertes que nunca, gracias a la valentía de un solo compañero que decidió actuar.
"A veces, el valor está en hacer lo correcto, incluso cuando parece más fácil quedarse al margen," reflexionó la profesora Ana. Las risas llenaron el patio nuevamente, y lo que una vez fue un conflicto, se transformó en una valiosa lección para todos.
FIN.