El Valor de la Amistad



Había una vez en un frondoso bosque, dos amigas inseparables: Lila, la zorra de pelaje rojo brillante, y Meli, la ardilla de suaves tonos marrones. Un día, las dos decidieron preparar una fiesta de cumpleaños para Lila, que estaba muy emocionada. Para la ocasión, Lila soñaba con un hermoso atuendo nuevo: un divertido y colorido nudo (nv) que había visto en la tienda del bosque.

"Meli, ¡es el nudo más lindo que he visto en mi vida!" - dijo Lila con los ojos brillantes.

"Sí, Lila, pero cuesta mucho. Tendremos que ahorrar juntas para comprarlo" - respondió Meli, siempre tan realista.

Lila, sin embargo, comenzó a sentirse impaciente. Ella quería ese nudo para su fiesta y no quería esperar más. Así que, al amanecer de un nuevo día, ideó un plan. Mientras Meli dormía, Lila se escabulló a la casa de su amiga. Allí, encontró el nudo que Meli había tejido.

"Solo lo tomaré prestado..." – susurró Lila para sí misma, aunque en su corazón sentía que estaba haciendo algo malo. Sin dudarlo, lo guardó en su bolsa y salió corriendo. Al instante, una sensación de felicidad la invadió al imaginarse luciendo el nudo en su fiesta.

Los días siguientes, Lila se preparaba para su fiesta, mientras Meli notaba que algo faltaba.

"Lila, ¿has visto mi nudo? Lo dejé aquí, justo en este lugar" - preguntó Meli, con un gesto preocupado.

"No, Meli. No lo he visto en días" - contestó Lila, tratando de sonar despreocupada. Sin embargo, su corazón le daba vueltas, y la alegría que sentía por el nudo comenzó a desvanecerse.

El día de la fiesta llegó. Lila estaba feliz, rodeada de amigos, pero a medida que iba bailando y disfrutando, comenzó a notar lo triste que estaba Meli en un rincón.

"Meli, ¿por qué no te unes a nosotros?" - pidió Lila, notando la falta de entusiasmo en su amiga.

"No sé, Lila. No tengo ganas de bailar sin mi nudo..." - respondía Meli, mirando hacia el suelo.

La conciencia de Lila comenzó a atormentarla. Con cada risa y cada juego, el nudo que había robado se le hacía más pesado en el corazón. En un momento de reflexión, se dio cuenta de que no podía seguir así.

"Meli, tengo que decirte algo..." - empezó Lila, respirando hondo.

"¿Qué pasa, Lila?" - preguntó Meli, con la mirada llena de dudas.

"Robé tu nudo porque no podía esperar. Pero ahora entiendo que no vale la pena lastimar a un amigo por una prenda" - confesó Lila, con lágrimas en los ojos.

"Lila, eso duele..." - dijo Meli, bajando la cabeza.

"Lo siento mucho. Prometo devolverlo y nunca más hacerte algo así. La amistad es más importante que cualquier cosas" - respondió Lila, acercándose a su amiga.

Con un noble acto, Lila fue a buscar el nudo, que había escondido detrás de un arbusto. Cuando regresó, se lo entregó a Meli con una gran sonrisa.

"Lo siento. Espero que puedas perdonarme, Meli. No quiero que esto nos separe" - dijo Lila, con sinceridad.

"Lila, te perdono. Lo importante es que lo entendiste y que no volverás a hacerme daño" - sonrió Meli, abrazando a su amiga.

A partir de ese día, Lila y Meli aprendieron la enorme importancia de la honestidad y la amistad. Desde entonces, se ayudaron mutuamente a hacer las tareas y a compartir todo lo que tenían. Así, el bosque iluminado por su alegría se convirtió en un lugar aún más mágico. Cada vez que veían a alguien en problemas, se unían para ayudarlo y aprendieron que la verdadera felicidad se encuentra en lo simple: la amistad, la honestidad y el amor.

Y así, Lila y Meli vivieron muchas más aventuras, siempre juntas y siempre fieles a su amistad, sabiendo que no hay nada más valioso que confiar y cuidar a quienes amamos.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!