El Valor de la Amistad
Hola, soy Sofía y quiero contarles una historia sobre una niña que, como yo, también aprendió lo importante que es tener amigos y ser valiente. Todo comenzó un día soleado en mi jardín de infantes, donde las risas y los juegos llenaban el aire.
Ese día, mientras dibujaba con mis lápices de colores, vi a mi compañerita, Lupe, jugando sola en una esquina. Lupe tenía gafas grandes y siempre llevaba una trenza muy larga. Era un poco tímida, así que a veces, otros niños se burlaban de ella.
"- ¡Mirá a Lupe! Parece un pájaro con esas gafas! - dijo Nico, riéndose con sus amigos.
Me dio mucha pena escuchar eso. A mí también me habían dicho cosas por usar un vestido con muchos colores. Pero no estaba lista para enfrentar a esos niños, así que me quedé callada.
Esa semana, las cosas se pusieron peores. Un día, encontré a Lupe sentada sola en el patio, y me acerqué a ella.
"- Hola, Lupe, ¿te gustaría jugar conmigo? - le pregunté.
Ella me miró con sorpresa. "- ¿De verdad?" - pareció muy feliz y asentó con la cabeza. Entonces, empezamos a construir una casita de arena.
Días después, Nico y sus amigos vinieron nuevamente. Esta vez, tiraron arena sobre Lupe mientras se reían. Mi corazón se llenó de tristeza y rabia. No podía quedarme callada. ¿Por qué no podía ser más valiente? , pensaba.
Esa tarde, decidí hablar con mi mamá. Le conté todo lo que había pasado. "Sofía, a veces, ser valiente significa defender a nuestros amigos", me dijo. Me animó a hablar con Lupe y a hacerle saber que siempre la apoyaría.
Al día siguiente, fui donde Lupe. "- No te preocupes por lo que dicen esos chicos. Yo soy tu amiga y siempre estaré contigo. ¡Vamos a pedirles que se detengan!" - le dije. Ella sonrió, un poco tímida, pero con valor.
Tomamos aire y caminamos hacia Nico y su grupo. "- Chicos, ¿pueden dejar de burlarse de Lupe? No me parece justo y Lupe es una gran amiga" - dije con voz firme.
Los chicos se quedaron callados, asombrados por nuestra valentía, y Nico solo murmuró. "- Bueno, si no querés, no vamos a hacerlo más. Pero..." - y se marcharon, un poco confundidos.
Desde ese día, Lupe y yo nos hicimos mejores amigas. Juntas, logramos que los otros chicos jugaran más con ella y se dieran cuenta de lo valiosa que es nuestra amistad.
Pero aún había días en que los comentarios volvían. A veces, la tristeza se asomaba en los ojos de Lupe, pero siempre nos acordábamos de lo que habíamos aprendido. "- No estamos solas, ¿verdad?" - decía Lupe sonriendo, y yo le respondía "- Nunca! Siempre juntas!".
Hasta ahora, no estoy segura de cómo todo va a seguir. A veces, las palabras duelen y cuesta encontrar la forma de ayudar. Pero estoy aprendiendo que cada paso cuenta, que la amistad puede cambiarlo todo, y que ser valiente no es no tener miedo, sino seguir adelante a pesar de él.
El final de nuestra historia quizás no se haya escrito por completo. A veces es difícil, pero tenemos grandes sueños y muchas ganas de hacer las cosas bien. Me gustaría que ustedes también puedan ser amigos y ayudar a los demás a brillar, porque juntos podemos hacer un mundo mejor.
FIN.