El Valor de la Amistad



Era un día soleado en el barrio de las Flores, y todos los niños jugaban en el parque. Entre risas y juegos, Emy y Korina eran las mejores amigas. Siempre compartían sus juguetes y hacían trajes de princesas con toallas. Pero había algo que les gustaba a ambas: Hans, el niño del otro lado de la calle.

Un día, mientras jugaban a las escondidas, Hans se acercó al grupo.

"Hola, chicas. ¿Puedo jugar con ustedes?" - preguntó Hans con una sonrisa.

Emy y Korina se miraron, y ambas asintieron al mismo tiempo. Pero, a medida que pasaban los días, la situación se tornó un poco complicada. Emy se daba cuenta de que empezaba a gustarle Hans más que a Korina.

Una tarde, mientras estaban sentados en el banco del parque, Hans dijo:

"Me gusta mucho jugar al fútbol. ¿Quieren que vayamos a patear la pelota?"

Emy se emocionó.

"Sí, ¡me encanta el fútbol!"

Korina, un poco menos entusiasta, también dijo:

"Claro, vamos a jugar…"

A medida que pasaban las semanas, Emy comenzó a sentir que Korina siempre trataba de impresionar a Hans. Entonces, un día, después de un partido, Emy decidió que no podía soportar más.

"Korina, creo que estás tratando de ganarte a Hans. ¡No me gusta eso!" - le dijo Emy de repente.

Korina se sintió herida y respondió:

"Yo solo quería ser su amiga, Emy. No todo tiene que ser una competencia. ¡Pero parece que para vos sí!"

La tensión creció entre ellas. Los días siguientes, Emy y Korina no se hablaron. Emy comenzó a jugar sola y Korina se unió a otros niños.

En el parque, Hans no podía entender por qué sus amigas se distanciaron.

"¿Qué pasó con vos y Korina?" - le preguntó a Emy, muy confundido.

Emy, con un poco de tristeza, le explicó:

"Antes éramos grandes amigas, pero ahora discutimos por tu atención…"

Hans pensó un momento y luego dijo:

"No entiendo por qué pelean. Yo solo quiero que se diviertan y juguemos todos juntos."

Esa noche, Emy no pudo dormir pensando en lo que Hans había dicho. Al día siguiente, tomó una decisión. Decidió que quería arreglar las cosas con Korina. Se sentó un rato en el parque y, cuando vio que Korina llegaba, se armó de valor.

"Korina, lo siento. No debí decirte eso y me gustaría que habláramos. La amistad es más importante que un niño. ¿Podemos ser amigas otra vez?"

Korina, sorprendida, sonrió.

"Me gustaría eso, Emy. También lamento haber sentido celos. La amistad es lo que realmente importa."

Ambas chicas se abrazaron, felices de haber resuelto su conflicto. Desde entonces, decidieron incluir a Hans en sus juegos, no como competidores, sino como un amigo más.

Un día, mientras jugaban todos juntos en el parque, Hans dijo:

"Ustedes dos son las mejores amigas que podría tener. Estoy feliz de que estén bien. Vamos a formar un super equipo."

A partir de esa tarde, Emy, Korina y Hans se divirtieron más que nunca. Aprendieron que la amistad debe ser valorada y que, al final del día, el amor y la risa son mucho más importantes que cualquier celos por un chico.

Y así, en el barrio de las Flores, la amistad de Emy y Korina se volvió más fuerte que nunca, y Hans, como un buen amigo, siempre estaba ahí para sumar alegría a sus aventuras.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!