El valor de la amistad
Había una vez una niña llamada Yeraldin, quien vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas y ríos cristalinos. Era una niña muy curiosa y alegre que siempre estaba dispuesta a explorar el mundo que la rodeaba.
Un día, mientras jugaba cerca del río, Yeraldin se encontró con un niño llamado Tomás. Él era nuevo en el pueblo y había llegado para quedarse con su abuela durante las vacaciones de verano.
Desde el primer momento en que se vieron, Yeraldin sintió algo especial por Tomás. Él también parecía sentir lo mismo por ella. Juntos pasaron muchos días explorando el bosque, subiendo montañas y descubriendo nuevas aventuras.
Pero un día, cuando estaban jugando cerca del río, Tomás tropezó y cayó al agua. Afortunadamente no le pasó nada grave, pero se asustó mucho y decidió volver a casa temprano ese día. Yeraldin no entendía por qué Tomás había cambiado repentinamente su actitud hacia ella.
Habían sido tan cercanos antes del accidente. Pero ahora él parecía evitarla.
Un día después de la escuela, Yeraldin decidió hablar con Tomás para tratar de entender lo que estaba sucediendo entre ellos:"Tomás, ¿por qué te has alejado de mí desde aquel incidente en el río?"- preguntó Yeraldin preocupada. "Es que tengo miedo", respondió Tomás apenado. "No quiero lastimarte o hacerte daño". Yeraldin comprendió entonces que Tomás tenía miedo porque había caído al agua debido a su torpeza.
Ella quería ayudar a Tomás a superar su miedo y le propuso hacer algo juntos que los haga sentir valientes. "¿Qué tal si subimos la montaña más alta del pueblo?"- sugirió Yeraldin emocionada.
"Será una aventura increíble, y juntos podemos superar nuestros miedos". Tomás se mostró un poco reticente al principio, pero finalmente aceptó la propuesta de Yeraldin. Juntos planearon su excursión y se prepararon para el gran día.
La mañana de la expedición llegó pronto, y ambos niños estaban emocionados por lo que les esperaba. La subida fue difícil en algunos lugares, pero se apoyaron mutuamente hasta llegar a la cima. Desde allí podían ver todo el pueblo extendido ante ellos.
La vista era impresionante e hizo que ambos niños se sintieran muy orgullosos de sí mismos por haber logrado esta hazaña juntos.
Yeraldin comprendió entonces que no importa cuán difíciles sean las situaciones o los temores que debemos enfrentar en la vida, siempre es mejor hacerlo con alguien en quien confiamos y nos apoya. Tomás también aprendió que sus miedos no deben detenerlo de disfrutar nuevas experiencias con amigos cercanos como Yeraldin.
Desde ese día en adelante, ambos niños siguieron explorando juntos el mundo que los rodeaba sin ningún tipo de miedo o preocupación.
La historia de Yeraldin y su primer amor enseña a todos los niños sobre el valor de la amistad verdadera y cómo podemos ayudarnos mutuamente para superar cualquier obstáculo.
FIN.