El valor de la amistad


Había una vez, en un pequeño hormiguero en el jardín de una casa, dos amigas inseparables: la Hormiga y su amiga, la Hormiguita. Ambas eran muy aventureras y siempre estaban dispuestas a ayudarse mutuamente.

Un soleado día, mientras caminaban por el sendero del jardín en busca de comida para llevar al hormiguero, se encontraron con su primer obstáculo: un enorme hormiguero vecino.

La Hormiga miró preocupada a su amiga y le dijo:"¡Oh no! Susan, tenemos que cruzar ese gran hormiguero para llegar al otro lado donde hay abundante comida. "Susan tembló un poco pero luego sonrió valientemente y respondió:"No te preocupes amiga. Juntas podemos superar cualquier obstáculo".

Con determinación en sus ojos, las dos amigas comenzaron a escalar el montículo arenoso del hormiguero vecino. A medida que avanzaban, otras hormiguitas curiosas salían de sus túneles para observarlas. "¿Quiénes son ustedes?", preguntó una pequeña hormiguita con voz tímida. La Hormiga respondió con gentileza:"Hola a todos.

Somos dos exploradoras en busca de comida para nuestro hogar". Las demás hormiguitas quedaron impresionadas por su valentía y decidieron ayudarlas a alcanzar la cima del montículo. Con trabajo en equipo lograron llegar al otro lado sin problemas.

Sin embargo, apenas habían dejado atrás el gran hormiguero cuando se encontraron con un armadillo gigante que bloqueaba su camino hacia la siguiente fuente de alimentos. "¡Oh no! ¿Qué haremos ahora?", exclamó la Hormiguita con preocupación.

La Hormiga pensó por un momento y luego tuvo una brillante idea. Se acercó al armadillo y le dijo:"Señor Armadillo, somos solo dos hormiguitas buscando comida para nuestro hogar. Si nos permite pasar, prometemos no causarle ningún problema".

El armadillo miró a las amigas con curiosidad y finalmente accedió a apartarse de su camino. Las hormiguitas agradecieron al amable armadillo y continuaron su travesía. Pero el desafío más grande aún estaba por venir.

Mientras atravesaban un campo abierto, un pájaro batareas descendió desde el cielo amenazadoramente. "¡Cuidado!", gritó Susan asustada. La Hormiga rápidamente agarró a su amiga y corrió hacia la maleza cercana para esconderse.

Allí se encontraron con otros animales del bosque que también estaban a salvo de los peligros del mundo exterior. Una sabia tortuga les dio consejo:"Queridas hormiguitas, si quieren cruzar este campo sin ser vistas por el pájaro batareas, deben esperar hasta que caiga la noche.

A esa hora, podrán moverse sigilosamente sin llamar su atención". Las amigas siguieron el consejo de la tortuga y cuando llegó la noche, avanzaron lentamente en medio del silencio nocturno hasta llegar al otro lado del campo sin ser descubiertas por el pájaro batareas.

Finalmente, después de superar todos los obstáculos, la Hormiga y su amiga, la Hormiguita, encontraron un hermoso árbol lleno de hojas frescas y jugosas. Recogieron suficiente comida para llevar a su hogar.

Mientras regresaban al hormiguero, las dos amigas se miraron con orgullo. Habían demostrado que con valentía, trabajo en equipo y tomando decisiones inteligentes, podían superar cualquier obstáculo que se les presentara. Desde aquel día, la Hormiga y la Hormiguita se convirtieron en verdaderas heroínas del hormiguero.

Su historia inspiró a todas las demás hormiguitas a enfrentar sus miedos y desafíos con coraje y determinación. Y así, juntas, vivieron muchas más aventuras emocionantes mientras continuaban explorando el mundo que les rodeaba.

Dirección del Cuentito copiada!