El valor de la amistad
Había una vez un grupo de niños que asistían a la Escuela Primaria "Los Amigos". Todos los días, durante el recreo, salían al patio a jugar y divertirse juntos.
Pero en ese grupo también estaba Tomás, un niño muy tímido y sensible. Tomás siempre se sentía inseguro cuando jugaba con sus compañeros. A veces, ellos no lo invitaban a participar en sus juegos o simplemente lo ignoraban.
Esto hacía sentir muy mal a Tomás, quien se preguntaba por qué no le gustaba a los demás. Un día soleado, durante el recreo, los niños decidieron jugar al fútbol. Formaron dos equipos y comenzaron el partido con mucha emoción.
Tomás miraba desde lejos cómo todos disfrutaban del juego mientras él permanecía apartado. En medio del partido, uno de los niños llamado Juanito tomó la pelota y decidió hacer una broma pesada.
Se acercó sigilosamente hacia Tomás y pateó la pelota tan fuerte como pudo directamente hacia él. La pelota golpeó a Tomás en la cara con fuerza haciendo que cayera al suelo llorando de dolor y vergüenza. Los otros niños rieron sin entender las consecuencias de sus acciones.
Afortunadamente para Tomás, Sofía estaba cerca y vio todo lo sucedido. Sofía era una niña valiente e inteligente que siempre trataba de ayudar a los demás cuando veía injusticias. Sofía corrió rápidamente hacia donde estaba Tomás para consolarlo.
Lo ayudó a levantarse y limpió sus lágrimas mientras le decía: "No te preocupes, Tomás. No tienes que dejar que esto te afecte. Eres un niño maravilloso y mereces ser tratado con respeto".
Tomás se sorprendió al escuchar esas palabras de aliento y sintió una fuerza interior crecer en su interior. Sofía también fue a hablar con los otros niños y les explicó lo mal que habían actuado.
Los niños se dieron cuenta de su error y sintieron remordimiento por haber lastimado a Tomás. Se disculparon sinceramente y prometieron tratarlo mejor en el futuro. A partir de ese día, los niños comenzaron a incluir a Tomás en sus juegos y actividades. Descubrieron que era un compañero divertido, inteligente y amable.
Juntos formaron un verdadero equipo donde todos eran valorados por igual. Tomás aprendió una valiosa lección: no debía permitir que las acciones negativas de los demás definieran su valor como persona.
Aprendió a confiar en sí mismo y a recordar siempre las palabras alentadoras de Sofía. Desde entonces, la Escuela Primaria "Los Amigos" se convirtió en un lugar donde todos los niños eran tratados con respeto y amabilidad.
Y eso fue gracias a la valentía de Sofía y la fortaleza emocional de Tomás. Así termina nuestra historia, pero recuerda siempre ser amable con tus compañeros, ya que nunca sabes cómo pueden sentirse por dentro.
Y si ves alguna injusticia o alguien siendo lastimado, sé valiente como Sofía y busca una solución para ayudarlos.
FIN.