El valor de la amistad



bajó del árbol con la ayuda de Jonathan, quien lo abrazó al llegar al suelo. Max se sintió agradecido y prometió no alejarse tanto otra vez.

Esa tarde, mientras caminaban de regreso a casa, vieron a un grupo de niños jugando en el parque. Uno de los niños estaba sentado solo en un rincón, mirando triste hacia el suelo. Jonathan y Max se acercaron para preguntarle qué le pasaba. - ¿Estás bien? -preguntó Jonathan con preocupación.

- No tengo amigos para jugar -respondió el niño con tristeza. Max tuvo una idea brillante y dijo:- ¡Puedes ser nuestro amigo! ¡Vamos a jugar juntos! El niño sonrió emocionado y se levantó para unirse a ellos.

Jugaron a las escondidas, corrieron por el pasto y se divirtieron como nunca antes. Al final del día, el niño les dio las gracias por hacerlo sentir parte del grupo.

A partir de ese día, Jonathan, Max y su nuevo amigo visitaban el parque juntos todos los días. Se convirtieron en inseparables y demostraron que la verdadera amistad puede surgir en los momentos más inesperados.

La moraleja de esta historia es que la amistad verdadera no conoce barreras y siempre está dispuesta a ayudar y hacer felices a los demás. Jonathan, Max y su nuevo amigo aprendieron que juntos podían superar cualquier obstáculo y vivir grandes aventuras en compañía de buenos amigos.

Y así, cada día en el parque se convertía en una nueva oportunidad para crear recuerdos inolvidables llenos de risas y diversión. Desde entonces, Jonathan, Max y su amigo descubrieron que la magia de la amistad transforma los días comunes en extraordinarios.

Y así, entre juegos, risas y complicidad, forjaron un vínculo indestructible que perduraría por siempre jamás. Y colorín colorado este cuento infantil ha terminado.

FIN.

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