El valor de la amistad



Había una vez en un pequeño pueblo, un niño llamado Juan que tenía una discapacidad que le impedía estar solo sin su mamá.

Juan y su mamá eran inseparables, compartían cada momento juntos y se apoyaban mutuamente en todo lo que hacían. Un día, la mamá de Juan tuvo que viajar por trabajo a otra ciudad y no podía llevarlo con ella.

Juan se puso muy triste al enterarse de que tendría que quedarse sin su mamá por unos días. La mamá, preocupada por dejar a Juan solo, decidió pedirle ayuda a la vecina Rosa, una mujer amable y cariñosa que siempre estaba dispuesta a ayudar. "Juan, no te preocupes.

Voy a cuidarte mientras tu mami no está", dijo Rosa con una sonrisa reconfortante. Juan estaba asustado al principio, pero pronto descubrió lo bondadosa y divertida que era Rosa. Juntos jugaron juegos de mesa, cocinaron galletitas y contaron historias antes de dormir.

Poco a poco, Juan fue sintiéndose más cómodo estando con Rosa. Sin embargo, un día mientras jugaban en el parque, una tormenta repentina los sorprendió. Juan se asustó mucho por el trueno y comenzó a llorar desconsoladamente.

Rosa lo abrazó fuerte y le dijo:"Tranquilo Juanito, estoy aquí contigo. Vamos a correr bajo ese árbol para protegernos de la lluvia. "Juntos corrieron hacia el árbol más cercano y se resguardaron debajo de él hasta que la tormenta pasara.

Ese momento especial hizo que Juan confiara aún más en Rosa y supiera que podía contar con ella cuando necesitara ayuda o consuelo.

Los días pasaron volando y llegó finalmente el momento en el que la mamá de Juan regresaría a casa. Al ver lo feliz y contento que estaba su hijo junto a Rosa, sintió un profundo agradecimiento hacia ella por haber cuidado tan bien de Juan en su ausencia.

"¡Gracias Rosa! No sé qué habríamos hecho sin ti", expresó la mamá de Juan emocionada. Rosa sonrió dulcemente y respondió: "Ha sido un placer cuidar de este chiquitín tan valiente como es Juan".

Desde ese día, tanto la mamá como Juan sabían que podían contar con la ayuda amorosa de Rosa cuando lo necesitaran. Y aunque seguirían siendo inseparables entre ellos dos, ahora también tenían un lugar especial en sus corazones para alguien más: su querida vecina Rosa.

FIN.

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