El valor de la amistad en el baloncesto



Manu era un chico muy apasionado por el basquetbol. Desde pequeño, había soñado con ser un gran jugador y jugar en la NBA algún día.

Cada tarde, después de la escuela, se reunía con sus amigos en la cancha del barrio para practicar y mejorar su técnica. Un día, mientras jugaban un partido amistoso, Manu notó que uno de sus amigos, Tomás, estaba triste y no jugaba como siempre.

Al finalizar el partido, Manu se acercó a él para preguntarle qué le pasaba. "¿Qué te pasa Tomi? No pude evitar notar que estabas triste durante todo el partido" -preguntó Manu preocupado. "No sé...

es solo que hoy mi papá me dijo que no va a poder llevarme al partido del sábado porque tiene una reunión importante en el trabajo" -respondió Tomás con lágrimas en los ojos. Manu comprendió lo importante que era para Tomás ir a ese partido y decidió ayudarlo.

Se reunió con sus amigos y les propuso hacer algo especial: organizaron una colecta para comprarle a Tomás un par de zapatillas nuevas y una pelota de basquetbol.

Cuando llegó el sábado y todos fueron al partido juntos, Manu hizo algo inesperado: antes de empezar el juego tomó la pelota nueva y se acercó a Tomás:"Tomi querido, esta pelota es tuya ahora. Espero que te guste tanto como nos gusta jugar contigo". Tomás no pudo contener las lágrimas de felicidad.

Con las zapatillas nuevas puestas y la pelota bajo su brazo comenzaron a jugar juntos y se divirtieron como nunca antes.

A partir de ese día, Manu aprendió que el verdadero valor del deporte no estaba solo en ganar o en ser el mejor, sino en compartir con sus amigos y ayudarlos cuando lo necesitaban.

Y así, cada vez que jugaba al basquetbol, recordaba la sonrisa de Tomás y sabía que lo más importante era disfrutar del juego junto a sus amigos.

FIN.

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