El valor de la amistad en el desorden
aba de limpieza y orden. La señora Marta era conocida por su amor por la organización y la pulcritud en su hogar. Un día, la casa de al lado se puso en alquiler y una nueva familia se mudó.
Eran los Rodríguez, una familia muy diferente a la de la señora Marta.
Tenían dos niños traviesos, Lucas y Sofía, que siempre estaban corriendo y jugando por el jardín sin preocuparse por el desorden que dejaban a su paso. Al principio, la señora Marta estaba un poco molesta con tanto ruido y desorden cerca de su casa perfectamente cuidada.
Pero un día, mientras observaba desde su ventana a los niños jugar felices, recordó lo divertido que era ser niño y decidió acercarse a ellos. "¡Hola! Soy Marta, ¿cómo se llaman ustedes?" -dijo amablemente la señora Marta. "¡Hola! Yo soy Lucas y ella es mi hermana Sofía" -respondió el niño con entusiasmo.
La señora Marta pasó tiempo con los niños enseñándoles sobre plantas y flores en su jardín. Les mostró cómo cuidarlas adecuadamente para que crecieran fuertes y hermosas.
Los niños estaban fascinados con las historias de la señora Marta sobre cada planta y flor, y pronto comenzaron a ayudarla en el jardín. Con el tiempo, los niños aprendieron a apreciar el cuidado del hogar tanto como lo hacía la señora Marta.
Comenzaron a reagarrar sus juguetes después de jugar e incluso ayudaban en tareas sencillas como regar las plantas o barrer el patio. Un día, cuando la señora Marta estaba enferma en cama, los niños decidieron sorprenderla limpiando toda su casa.
Organizaron cada habitación con esmero e incluso prepararon una pequeña cena para ella. Cuando la señora Marta vio lo que habían hecho los niños, no pudo contener las lágrimas de emoción. Estaba profundamente conmovida por el gesto tan cariñoso de Lucas y Sofía.
Desde ese momento, la relación entre la señora Marta y los Rodríguez cambió para siempre. Se convirtieron en grandes amigos y vecinos cercanos que compartían risas, historias e incluso consejos sobre cómo mantener un hogar feliz.
Y así fue como una casa perfectamente organizada encontró aún más alegría gracias a dos pequeños corazones dispuestos a aprender sobre el valor del cuidado del hogar y de las relaciones humanas.
FIN.